Ángelo Calcaterra, primo del presidente argentino, se presentó voluntariamente ante la justicia y en calidad de arrepentido declarando que había ordenado el pago de sobornos, según fuentes judiciales.
Calcaterra admitió ante el juez de la causa, Claudio Bonadio, el pago de sobornos cuando era dueño de la constructora IECSA por lo que quedó imputado en la causa pero con exención de prisión.
IECSA había sido fundada por su tío Franco Macri, padre del presidente, y creció como beneficiaria de grandes obras públicas. En 2007 Franco Macri la transfirió a su sobrino Ángelo Calcaterra.
"Lo que está pasando representa un cambio enorme en la Argentina, empresarios cercanos al presidente se presentan en la justicia, no hay impunidad para nadie", destacó la diputada oficialista Elisa Carrió en un mensaje en Twitter.
Aunque no se refirió al caso directamente, el presidente argentino aseguró que en materia de transparencia y combate a la corrupción "los resultados están a la vista", en un discurso este lunes.
En la lista de los "arrepentidos" también figura el exejecutivo de IECSA Javier Sánchez Caballero, arrestado el miércoles pasado y que este lunes obtuvo la excarcelación tras ser declarado "imputado colaborador" de la justicia.
El viernes se entregó Juan Carlos de Goycochea, exresponsable en Argentina del grupo constructor y energético español Isolux Corsan, y también pidió ingresar al programa de "imputado-colaborador" para lo cual debe portar datos significativos a la investigación.
Goycochea declaró haber recibido de exfuncionarios "aprietes (presiones) para aportar a las campañas electorales" del antiguo gobierno de los Kirchners, según fuentes judiciales.
Lo mismo declaró Calcaterra que precisó que en su caso los "aportes" fueron para las campañas electorales kirchneristas de 2013 (parlamentarias) y de 2015 para las presidenciales que resultaron ganadas por Macri.
Cuatro de los empresarios arrestados, todos de grandes firmas, fueron llamados a declarar este lunes.
Si piden al juez ser considerados como arrepentidos y el magistrado lo acepta, pueden ser liberados esta misma semana.
La última acción judicial fue arrestar a Héctor Zabaleta, exdirectivo de la multinacional ítalo-argentina Techint, acusado de pagar comisiones ilegales.
Techint, con sede en Milan y Buenos Aires, es un poderoso grupo con eje en la siderurgia.
La ex presidenta y actual senadora Cristina Kirchner ha sido convocada a declarar el 13 de agosto.
¿Cómo surgió el escándalo?
La investigación surgió a partir de la información sobre supuestos cobros de sobornos registrada en ocho cuadernos por Oscar Centeno, el chófer de un exfuncionario del Ministerio de Planificación que tuvo a su cargo la gestión de obra pública en los tres gobiernos kirchneristas (2003-2015).
Los registros del chófer sobre los sobornos corresponden a un período de diez años, entre 2005 y 2015.
Durante diez años, el chofer Centeno anotó en 8 cuadernos los detalles, nombres y cifras en torno a las "coimas" o sobornos que se realizaban. La primera anotación ocurre a partir del 23 de marzo al 16 de octubre de 2005 y la última del 2 de junio al 3 de noviembre de 2015. Entre octubre de 2010, después de la muerte de Néstor Kirchner, y 2013, Centeno dejó de escribir. Pero en 2013, retomó las anotaciones.
El juez Bonadio ordenó más de veinte allanamientos el miércoles pasado en los que terminaron arrestados ocho empresarios y ocho exfuncionarios.
También pidió una autorización al Senado para allanar el domicilio de Cristina Kirchner. Los parlamentarios debatirán esa solicitud el martes.
Arrepentidos
Oscar Centeno, un militar retirado, fue arrestado pero liberado el viernes tras declararse como "arrepentido" que le permitió entrar en el sistema de protección de la justicia.
Según la fiscalía, los sobornos eran pagados por los empresarios dentro de un sistema de recaudación que implicaba el traslado de bolsos con dinero hacia la Casa Rosada, la residencia presidencial de Olivos en las afueras de Buenos Aires y el domicilio privado de los Kirchner.
Los sobornos eran recibidos en las cocheras de algunas empresas y en ciertos casos entregados personalmente por los propios ejecutivos, según las anotaciones de Centeno, que identifica a los implicados con nombre y apellido.
Centeno admitió ante la justicia ser el autor de los cuadernos de los que solo hay copias, ya que dijo haber quemado los originales tiempo atrás.
Las copias salieron a la luz después que Centeno le pidió a un amigo expolicía que las cuide, pero el amigo de Centeno se las entregó a periodistas del diario La Nación, quienes sacaron fotos y entregaron las copias a la justicia en abril pasado. Luego Centeno se arrepintió y le pidió a su amigo expolicía que le devolviera los cuadernos. Pero la información ya había llegado a la justicia.
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