El viceprimer ministro australiano y líder del Partido Nacional, Barnaby Joyce, quedó aún más expuesto al escrutinio público con las revelaciones sobre el nombramiento de Vikki Campion, la pareja sentimental que espera un hijo del político, en dos empleos gubernamentales.
Campion, una ex periodista, fue inicialmente asesora de medios en la oficina del viceprimer ministro antes de trabajar para el ministro del Gabinete Matt Canavan, también del Partido Nacional.
Pero cuando el senador Canavan se apartó de su cargo a la espera de un fallo del Tribunal Superior por su aparente contravención de un artículo de la Constitución que obliga a los parlamentarios federales a tener únicamente la ciudadanía australiana, Campion fue trasladada a la oficina del legislador del Partido Nacional Damian Drum, hasta que culminó sus labores en diciembre pasado.
Por su lado, Joyce admitió esta semana que la ruptura de su matrimonio con Natalie Joyce, con quien tiene cuatro hijas, fue “uno de los grandes fracasos” de su vida y negó haber actuado mal en relación a las acusaciones de un mal uso del dinero público para mantener su relación con Campion.
La noticia de los empleos de Campions se conoció a través de la ABC el sábado, cuando una fuente gubernamental anónima declaró que la oficina del Primer Ministro habría intervenido en la transferencia de la experiodista e incluso que Joyce se había resistido inicialmente a terminar su vínculo laboral.
Asimismo el sábado se conoció que Joyce declaró en su registro de intereses pecuniarios que recibió el regalo de una propiedad de alquiler gratuito en Armidale, en donde se cree vive junto a Campion.
El ministro de Finanzas, Mathias Corrman, cuyo departamento supervisa la contratación de personal, considera que no se ha hecho nada malo en la creación de las posiciones para Campion.
Cormann argumenta que Campion era empleada de los ministros del Partido Nacional, socio de los Liberales en la coalición gobernante, esta formación política tiene la potestad de decidir en dónde emplearla.
Pero la número dos del Partido Laborista, Tanya Plibersek, remarcó que si bien la relación sentimental de Joyce con Campion es un asunto privado, la contratación de su exasesora de prensa en otras oficinas gubernamentales es un asunto público.
“Parece que se crearon puestos adicionales a los que ya existían en estas oficinas. Los sueldos fueron altos. Creo que el primer ministro, que tiene la responsabilidad final de firmar estas decisiones y el viceprimer ministro deberían responder a las preguntas que se generan a partir de esto. Creo que lo que se debe preguntar en esta situación es: ¿era este un puesto necesario? ¿Su nivel profesional se ajustaba a ese trabajo?¿Cuál era el sentido de tener que contratar a alguien más en esas oficinas? ", criticó Plibersek.
La vice líder laborista insistió en que su Partido ejercerá presión sobre Joyce respecto al potencial despilfarro de los fondos públicos pero no le pedirá cuentas por su conducta personal.
La número dos del Partido Laborista también hizo un llamamiento para que los políticos de la Coalición reflexionen el trato diferenciado y sexista que se le dio a la exprimera ministra Julia Gillard o a la exlíder del Partido Demócrata Cheryl Kernot, quien tuvo un romance con el extitular de Exteriores, el laborista Gareth Evans.
Gillard, la primera mujer en tomar las riendas del Ejecutivo australiano, atribuyó al sexismo como causante de algunos de sus problemas en el cargo e incluso hizo una denuncia pública al llamar al entonces líder de la Oposición, el conservador Tony Abbott, de misógino.
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