La doble ciudadanía del viceprimer ministro y líder del Partido Nacional, Barnany Joyce, ha puesto contra las cuerdas al Ejecutivo australiano, que puede perder a uno de sus aliados claves en la coalición gobernante y la frágil mayoría en el Parlamento.
El destino de Joyce, quien ayer se confirmó posee también la nacionalidad neozelandesa, está en manos del Tribunal Superior, que decidirá si este político nacido en Tanworth puede seguir ocupando su escaño en el Parlamento.
La sección 44 de la Constitución australiana indica que las personas con doble nacionalidad no pueden ser legisladores.
Si Joyce es descalificado, el Gobierno del primer ministro Malcolm Turnbull perdería su tenua mayoría, de un escaño, en la Cámara Baja, lo que crearía una situación de ingobernabilidad en la medida en que el Ejecutivo no podrá aprobar proyectos de ley cruciales.
Turnbull además ha sido fuertemente criticado por el Partido Laborista al asegurar en público que Joyce estaba “calificado para ocupar un escaño en el Parlamento y el Tribunal Superior lo mantendrá”.
Pero para el portavoz de asuntos de la Fiscalía General del Partido Laborista, Mark Dreyfus, las palabras de Turnbull estuvieron “peligrosamente cercanas” a interferir con la Justicia.
El Tribunal Superior también sopesa el futuro del senador del Partido Nacional Matt Canavan, los exsenadores Scott Ludlam y Larissa Waters, del Partido Verde, así como el senador Malcolm Roberts de Una Nación, mientras que el Gobierno acusa a por lo menos cinco legisladores laboristas de poseer la doble nacionalidad.
En este remezón político por la doble nacionalidad, sectores de la oposición piden que Joyce se aparte de su cargo, pero el legislador sigue ejerciendo sus funciones.
Enlaces relacionados
READ MORE
¿Barnaby Joyce es "kiwi"?
