Norma, la octogenaria chilena emprendedora en Australia que desafió a sus tiempos

Menuda, con la voz aguda y parlanchina. Así es Norma, una octogenaria chilena que se nos acercó en una fiesta chilena en el Showground de Farifield. Casi nos dicta los deberes, que dejemos bien en claro que estudió hace poco astronomía en el Observatorio de Sídney. Si no fuera por la tranquilidad de su esposo, Sergio Méndez, que intervino para encaminar a su esposa, este relato lo hubiera escrito ella.

Norma y Sergio Méndez

Source: SBS Spanish

Su voz decidida y aguda no permite distraerse a uno para contarle las arrugas ni las pecas de la cara, ni observar con detenimiento el cerquillo oscuro rizado que lleva como colegiala, el cual contrasta en color y textura con su cabellera canosa. Ella es Norma, una chilena de 83 años que va vestida como todas las señoras de su edad: una blusa de flores, que quizá es su traje dominguero, y que muestra su dentadura rala, caa vez que su rostro se ilumina con una sonrisa franca y sincera.

Recién empezábamos a montar el puesto de SBS Spanish cuando se oye una voz aguda y segura que nos pone en alerta. ¡Ah, esta es la radio en español, pero la escuchamos siempre! ¿Cómo te llamas?
Tras los saludos protocolares, Norma no se aguanta y nos dice: ¿sabes que estudié astronomía hace poco en el Observatorio de Sídney?”. Allí comenzó la pequeña conversación con Norma, acompañada de la sonrisa y la presencia sosegada de su esposo, Sergio Méndez, con “Z”, no como el cantante, aclaran a risas.

“Yo me mantengo con todo lo de ciencia!, confiesa Norma, lunareja y con mirada directa. “Yo fui profesora, ahora no, pero lo fui”.

Emprendedora antes de que se conociera la palabra

“También tuve mi 'shopping”, nos dice en perfecto “spanglish” con acento chileno esta mujer de Linares, una localidad situada en el Maule.

Norma, quien llegó a Australia en la década de 1970 junto a Sergio y sus tres hijos, no sabía, como casi todos los recién llegados, el inglés. Fue puro “body language”, recuerda.

Al poco tiempo de llegar a Sídney fue a acompañar a una amiga a buscar trabajo. Norma no quería presentarse todavía a ningún puesto porque no sabía el idioma, pero tuvo la suerte que la persona que contrataba a su amiga era un turco que hablaba español. Así comenzó su vida laboral en Australia.

Allí, en esa tienda de Sídney trabajó durante 14 años y después se decidió a montar su propio negocio. Sin embargo se dio con la sorpresa que para hacerlo tenía que estudiar.

Por eso declara orgullosa, “tuve que estudiar 7 años en el TAFE porque no me daban mi 'business number', y cuando terminó el curso fue a ver los funcionarios encargados de estos trámites y “no les quedó otra que dármelo”.

La decisión de salir de Chile

En la década de 1960 Norma se había graduado de maestra. Entonces le dieron un puesto en Yungay, cerca de Chile, pero cuando llegó la inspectora de la escuela le denegó la entrada. La razón era que el entonces intendente de la provincia de Chillán había colocado a su sobrina en su puesto.

“Yo me molesté tanto y tengo una fortaleza muy grande. Fui hasta donde ese caballero y el carabinero me dijo que no podía entrar. Igual entré y le dije al intendente 'yo soy esa persona a la que le quitó el puesto. Yo venía de Santiago'”.
El funcionario se disculpó argumentando que no tenía otra opción y le prometió devolverle el puesto de trabajo en un año, algo que ella rechazó, según recuerda.

“Me dije a mí misma, la primera oportunidad que tenga me voy de este país que no respetan mucho”, precisó.

Pero pasó casi una década para materializar esta promesa, entonces ya estaba casada con Sergio y tenía tres hijos.

La oportunidad se le abrió gracias a una amiga que trabajaba en el consulado de Australia en una era en que era más fácil salir de Chile. Los papeles se tramitaron rápidamente.

“Le dije al cónsul, lo más rápido mejor porque mi marido se puede desanimar”, cuenta con sonrisa pícara al confesar que lo engatusó a Sergio diciéndole que el viaje a Australia sería solamente de tres años.

“Y ya ve, llevamos casi cincuenta”, celebra a carcajadas Norma, quien recuerda que en ese entonces vivía en Vicuña Mackenna y a quien pasaba, que se veía con necesidad, le regalaba sus cosas.

Sergio y Norma, una historia de amor a primera vista

Sergio y Norma se conocieron y se casaron en cinco días en Chile. Sergio le escribió un telegrama al padre de Norma para avisarle del matrimonio. El padre de Norma le dijo a su hija que al no tener su consentimiento no podría contar más con su apoyo.

“Arréglatelas tú sola, y ya ve, fue su mejor yerno”, afirma pícara Norma, quien recuerda que en aquellas épocas, en que las mujeres tenían que contar con el permiso de sus padres hasta para salir con alguien, como difíciles.

Por eso anima a los jóvenes hispanos en Australia que sigan luchando y “que no se desanimen por nada, el mundo es más fácil ahora”.


Share
Published 21 October 2019 5:05pm
Updated 22 October 2019 10:04am
By R.O.


Share this with family and friends