Agentes de la ASIO ingresaron entre gallos y medianoche a los estudios de la cadena ABC en las ciudades de Camberra (Canberra, en inglés) y Brisbane para reforzar la seguridad en torno a los miles documentos secretos oficiales filtrados recientemente por descuido y que han sido bautizados como los “Cabinet Files”.
El nombre se traduciría como los Expedientes de los Archivadores o los Expedientes del Gabinete (ministerial), por el juego de palabras.
Los agentes de la agencia australiana de Inteligencia doméstica, la ASIO (siglas en inglés) llevaron cajas fuertes a los estudios que tiene la ABC en el Parlamento australiano y en South Bank cerca de la 01:00 de la mañana.
El operativo de los espías australianos se realizó horas después de conocerse el hallazgo de miles de documentos oficiales secretos y altamente clasificados en dos archivadores cerrados que fueron vendidos en Camberra a un miembro del público y que después dieron a parar en manos de la cadena pública.
La ABC aseguró que aún tiene acceso a estos documentos y que éstos están actualmente se encuentran dentro de la caja fuerte.
También informó que los abogados de la cadena están en medio de negociaciones con el Departamento del Primer Ministro y el Gabinete (PM&C).
El PM&C ordenó ayer investigar cómo ocurrió esta filtración involuntaria, un hecho que ha dado la vuelta al mundo y que supone una de las mayores brecha de la seguridad del Estado australiano.
Sin embargo la investigación, por el momento, parece no implicar aún a la Policía Federal Australiana, agregó la ABC.
Piden sanciones contra los responsables de este “absurdo”
“Quien quiera que haya sido responsable de vender un par de archivadores, que además creo que estaban cerrados y seguramente pesaban con todos los documentos dentro, sin revisar qué había dentro, debería ser despedido”, dijo anoche Terry Moran, exsecretario de la PM&C (2008-11) al programa 7:30 Report de la ABC.
Moran consideró que la investigación de la PM&C en sí misma podría ser insuficiente, por lo que opinó que él llamaría a la Policía a investigar esta filtración, una de las mayores de la historia de Australia.
Por su lado, el líder de la Oposición, Bill Shorten, describió el incidente como “absurdo”.
“No puedo creer que haya pasado, digo todos estos espías que se suponen deberían estar espiando, no deberían quizá ir a comprar a las tiendas de segunda mano en Camberra”, ironizó Shorten al programa satírico Comedy's Tonightly de la ABC.
Más allá de las burlas, la brecha de seguridad ha puesto en entredicho la amplitud de la propuesta de ley contra el espionaje sopesado por el Parlamento australiano dado que de aprobarse sería ilegal publicar o informar sobre este tipo de documentos.
“Según veo estos documentos en los archivadores eran clasificados secretos…por lo tanto bajo el proyecto de ley son definidos inherentemente como información dañina”, comentó Paul Murphy, representante del Sindicato de Medios, Entretenimiento y Artes (MEAA; siglas en inglés).
“Así que informar acerca de ellos o cualquiera de estos documentos que han sido clasificados altamente secretos sería un delito agravado sujeto a una condena máxima de 20 años de prisión para el periodista y potencialmente para cualquier persona de una organización mediática que informe sobre estos documentos”, alertó.
La demanda de Kevin Rudd
Por su lado, el exprimer ministro, el laborista Kevin Rudd, demandó a la ABC después de que la cadena pública publicara detalles emanados de los documentos secretos vinculados a su polémico Plan de Aislamiento de Viviendas.
En un comunicado, Rudd comentó que el documento se vinculaba a los riesgos financieros y administrativos del programa, no a los riesgos a la seguridad y calificó las afirmaciones que indicaban que él ignoró las advertencias como “mentiras”.
Escúchanos en Radio SBS Spanish 24/7
Puedes escucharnos por Radio Digital, a través de nuestro servicio de streaming en vivo aquí en nuestra página web o mediante nuestra app para celulares.
Descarga la aplicación gratuita aquí:
