Tras múltiples rechazos, padre hispano logra concesión de viaje para volver a casa y abrazar a sus niñas en Australia

Richard Ortega y su familia

Richard Ortega and his family. Source: Richard Ortega

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Richard Ortega ha luchado por meses para volver a reunirse con su familia en Australia. Sus peticiones para que se le permita regresar por motivos compasivos fueron denegadas innumerables veces hasta que finalmente consiguió el permiso del gobierno australiano.


Todas la noches, antes de dormir, Ashley y Ashanty ven a su "papi" en las pantallas de su tableta. A pesar de que la videollamada ayuda a estrechar la distancia entre Sídney y Estocolmo, las niñas desean que llegue pronto el día en que puedan nuevamente abrazar a su padre, el músico cubano-sueco, Richard Ortega.

Para Richard, el no poder abrazar a sus "princesas" de 6 y 7 años, y ayudar a su esposa Yahima, ha sido motivo de angustia por meses. De allí su persistencia para aplicar a una exención por motivos compasivos que le permita viajar a Australia, país que actualmente sólo permite la entrada de nacionales y residentes permanentes tras el cierre de sus fronteras debido a la pandemia.

Pero después de diez solicitudes denegadas, la familia espera poder reunirse antes de que se cumplan los ocho meses de separación.


Puntos destacados:

  • Richard Ortega viajó fuera de Australia en enero y no ha podido regresar al país por el cierre de fronteras.
  • "No sé para que la llaman entrada compasiva", dice Richard criticando que no se considere la situación de los menores de edad al otorgar exenciones de viaje.
  • Australia cerró sus fronteras el 20 de marzo cuando el 80 por ciento de los casos de coronavirus tenían vínculos con casos importados desde el extranjero o se trataba de personas que ya venían infectadas desde otro país. 

La familia Ortega llegó a Australia en el 2018 provenientes de Suecia, país de donde son ciudadanos. Decidieron aventurarse a las antípodas después de que Yahima se ganara una beca de estudios.

En el mes de enero Richard tomó la decisión de realizar una gira musical por Europa para reunir más dinero para la familia, sin jamás pensar en las duras consecuencias que esa decisión tendría sobre su vida y la de sus seres queridos.

El 20 de marzo, cuando el Gobierno Federal australiano cerró sus fronteras, los números de contagios de coronavirus en el país aumentaban y la situación en algunos lugares del mundo con relación al virus estaba absolutamente descontrolada. 

Por esas fechas, hasta un 80 por ciento de los casos de infectados de COVID-19 en Australia provenían desde el exterior o estaban relacionados con casos de personas infectadas en otros países.
Richard Ortega y sus hijas Ashley y Ashani.
Richard Ortega y sus hijas Ashley y Ashani. Source: Richard Ortega
A Richard Ortega el cierre de las fronteras lo pilló totalmente desprevenido, como a tantas otras personas que se encontraban en ese momento fuera del país.

“A partir de ahí he hecho todos los intentos. Diez o 12 veces he aplicado para solicitar una entrada compasiva y las 10, 12 veces me la han denegado”, lamenta Richard.

Desde que las fronteras australianas cerraran en marzo, la Fuerza de Fronteras de Australia (Australian Border Force), ha recibido más de 87,000 solicitudes de exenciones de viaje.

Para el 31 de julio, menos de 1,800 solicitudes habían sido aprobadas para la exención de viajes por motivos compasivos.
Esta ha sido una situación dolorosa para mí y triste para las niñas
Richard considera que el gobierno debe tomar en cuenta los casos en que hay menores de por medio, quienes pueden ver afectados su comportamiento y aprendizaje debido a esta situación.

“No sé para que le llaman entrada compasiva”, se queja Richard, señalando la contradicción de este tipo de exenciones que justamente fueron programadas para casos como el suyo, en el que uno de los progenitores se encuentran separados de sus hijos menores de edad debido al cierre de fronteras.

Las actuales exenciones a la prohibición de entrada a Australia para quienes no son ciudadanos o residentes permanentes incluyen a la tripulación de aerolíneas, diplomáticos y neozelandeses que viven en Australia.

Hay excepciones también para no ciudadanos que viajen por invitación del gobierno, personas que brindan servicios médicos esenciales, críticos o especializados, personal militar y personas cuya visita sea de interés nacional.

También están incluidos los estudiantes que estén cursando el año 11 y 12 de bachillerato, siempre y cuando obtengan el apoyo de su gobierno estatal o territorial correspondiente.

Pero no existe una exención específica para los titulares de visas temporales, salvo la que se otorga a personas que deban viajar por razones compasivas convincentes para el organismo de fronteras. Esta es la exención a la que ha postulado más de una decena de veces Richard Ortega.
El jefe de la Fuerza de Fronteras de Australia (ABF, por sus siglas en inglés), Michael Outram, dijo la semana pasada que revisará las directrices establecidas respecto al impedimento de viajar para algunos titulares de visas para evaluar, justamente, las solicitudes de exención por motivos compasivos.

Estas largas separaciones entre familias pueden causar estrés y hasta derivar en cuadros ansiosos, tal como le ocurrió a Richard y su esposa Yahima.

“Esta situación me ha causado estrés, me ha quitado el sueño. No puedo concentrarme en mi rutina diaria”, comenta Richard. Dice también que él y su esposa fueron diagnosticados con cuadros de ansiedad por profesionales de la salud.

Pero la larga espera de seis meses podría tener un final feliz muy pronto, pues en estos mismos días en que SBS Spanish entrevistó a Richard Ortega, él recibió la noticia que esperaba por tanto tiempo.
Richard Ortega en un sesión de música en un café.
Richard Ortega en un sesión de música en un café. Source: Richard Ortega
“Me entra un correo de inmigración y no quise mirar. Como ya me habían rechazado como 10 o 12 veces. Finalmente lo miré y cuando comienzo a leer, dice que yo estaba exento, que habían revisado mi caso y me habían autorizado”, cuenta Richard con alegría.

Él no tiene claro el por qué de los rechazos a sus peticiones, pero considera que los medios de comunicación que contaron su historia influenciaron el cambio de opinión de la ABF.

“Estoy bastante contento”, dice Richard, quien ahora comenzará a planificar el viaje a Australia para poder reunirse lo antes posible con su familia, una vez que cumpla la cuarentena obligatoria de 14 días luego de arribar al país.

Richard Ortega dice que, a pesar de todo, ha sacado una buena experiencia y que ama Australia.

“Es importante mantenerse unido a la familia”, concluye Richard, esperando que su caso pueda dar un poco de esperanza a todos quienes están sufriendo momentos difíciles en medio de esta pandemia de coronavirus.

Richard dice que a su regreso, lo primero que hará será abrazar a sus princesas.

Escucha la entrevista completa presionando la imagen principal.

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