Preocupación por la fría acogida del Mundial de fútbol femenino en Nueva Zelanda a dos días del comienzo

The Sydney Opera House lit up in support of Australia and New Zealand’s joint bid to host the FIFA Women’s World Cup 2023

The Sydney Opera House lit up in support of Australia and New Zealand’s joint bid to host the FIFA Women’s World Cup 2023. Source: AAP

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Frente al escaso interés de los kiwis en un evento de esta magnitud, las Matildas aprovechan el tirón que generan estos días en Australia para seguir reivindicando más derechos.


A dos días del comienzo de la Copa del Mundo de fútbol femenino, el contraste entre los países organizadores empieza a ser significativo. Mientras que Australia ha vendido ya un millón de entradas y la expectación por el combinado nacional es alto, en Nueva Zelanda los patrocinadores comienzan a regalar pases, el seguimiento en prensa local es escaso y hasta el ministro de Deportes ha pedido más apoyo social.

El torneo está llamado a ser el más importante en los 35 años de historia del certamen femenino, con el mayor número de selecciones participantes, el mayor número de entradas vendidas y la mayor audiencia mundial de la historia para un acontecimiento deportivo femenino. Sin embargo no parece ser suficiente para despertar el interés de un país absolútamente volcado con el rugby.

Así como en Australia están con la esperanza puesta en el combinado nacional, la condición de modestas de las Football Ferns neozelandesas han creado menos expectación en el país.

Las Matildas batieron un récord de asistencia con más de 50.000 espectadores en el estadio Marvel de Melbourne el pasado viernes, en su último partido previo al torneo. Nueva Zelanda jugó su partido amisto ante Vietnam ante 6215 espectadores.

Las aussies han publicado un video en el que anuncia seguirán peleando por más derechos y piden que la celebración de esta competición ayude a impulsar el fútbol femenino en Australia y el mundo.

Australia en Español ha conversado con Luis Felipe González, un joven venezolano residente en Nueva Zelanda y amante del fútbol que tiene ya sus entradas en mano.

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