“No me sentí escuchada o respetada por mis dolores”: la experiencia de Elizabeth Mazeyko con la atención médica en Australia

Elizabeth Mazeyko

Elizabeth Mazeyko, educadora de la salud de la mujer en Australia, comparte su historia personal sobre cómo consiguió la ayuda médica que necesitaba para tratar sus dolores recurrentes. Credit: SBS Spanish

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Elizabeth Mazeyko dice que cuando acudió a los servicios de salud en busca de ayuda para sus dolores de cuerpo, la experiencia fue decepcionante. A los 39 años los médicos en Australia atribuyeron sus dolores a una menopausia prematura, y por ende, le dijeron que sus dolores "eran normales". Después de insistir con diferentes profesionales, Elizabeth finalmente encontró el origen de sus dolores tras el diagnóstico correcto de fibromialgia.


Puntos destacados:
  • Después de consultar con varios médicos, Elizabeth señala que una doctora se interesó por su situación y realizó una investigación exhaustiva que finalmente resultó en el diagnóstico de fibromialgia.
  • El departamento de salud de Victoria señala que la proporción de niñas y mujeres que sufren dolores crónicos es mayor que los hombres, en Australia y en otras partes del mundo.
  • Una encuesta realizada por el Consejo Asesor de Salud de la Mujer, titulada End Gender Bias revela que muchas mujeres en Australia no están recibiendo el tratamiento médico que necesitan para aliviar sus dolores.
Los médicos sospechaban una menopausia prematura cuando Elizabeth Mazeyko, una inmigrante uruguaya de 39 años fue a ver a un doctor por dolores intensos en todo el cuerpo y un cansancio profundo.

“Me decían que era solamente estrés, que tenía que calmarme y llevar una vida más alegre, contenta y tranquila”, cuenta Elizabeth a SBS Spanish.

Pero la inmigrante uruguaya era demasiado jóven y estaba demasiado ocupada con su función de madre, esposa y trabajadora, fuera y dentro de su hogar, para detener sus actividades y hacer cambios radicales en su vida.

Esa experiencia ocurrió hace más de treinta años, pero todavía recuerda la angustia que sentió por la falta de respuestas de los médicos.

“Es esa pelea entre lo que te están diciendo los profesionales, que te dicen ‘no tenés nada, está todo en tu cabeza’, cuando vos sabés que no podés dormir y que te sentís cansada, que tenés dolores de cabeza que a veces te afecta hasta la vista”.
Me decían que era solamente estrés, que tenía que calmarme y llevar una vida más alegre y contenta.
Elizabeth Mazeyko
Después de consultar con varios médicos, Elizabeth señala que se cruzó con una doctora que se interesó por su situación. La médica realizó una investigación exhaustiva y finalmente le diagnosticó fibromialgia, un trastorno caracterizado por dolor musculoesquelético generalizado acompañado de fatiga, problemas para dormir, impacto en la memoria y en el estado de ánimo de las personas.

Si bien no existe una cura para la fibromialgia, Elizabeth recibió asistencia de su médica para ayudarla a controlar los síntomas, junto con un plan holístico de ejercicios, alimentación, relajación y estrategias para reducir el estrés.

Esa atención la ayudó a seguir adelante con sus responsabilidades familiares y su trabajo como educadora en la salud de las mujeres para organizaciones como , Cáncer Council de Victoria, Breastscreening Victoria, Diabetes Australia y Heart Foundation, entre otras.

"No piensen que están solas, e insistan con diferentes médicos. Vayan al médico con una lista y pidan un intérprete", si tienen problemas con el inglés, recomienda la inmigrante uruguaya.

Kat Stanley, directora de , afirma que las mujeres que presentan síntomas de endometriosis simplemente no son escuchadas.

"Se sienten muy impotentes en el sistema de salud", señala Stanley a SBS News.

Elizabeth Mazeyko, quien dedicó su vida laboral en el sector de la salud de la mujer de comunidades multiculturales, coincide, y agrega que muchos expertos en salud no comprenden ni brindan tratamiento para el dolor de las mujeres en general.

Señala que el desafío idiomático para las mujeres cuya lengua materna no es el inglés, no es necesariamente el problema principal en la falta de entendimiento entre el profesional y paciente.

Explica que su nieta, una profesional, quien nació en Australia y habla perfecto inglés, atraviesa un período difícil actualmente, yendo de médico en médico para llegar al fondo de su actual estado de salud relacionado con el dolor crónico.

"Le hicieron pruebas invasivas... y no tenía poder ni autonomía sobre lo que estaban haciendo".

Dice que recibió diagnósticos incorrectos y que todavía no sabe qué tiene. Su nieta se siente agotada por la cantidad de veces que ha tenido que explicar su dolor a médicos que expresan confusión e incluso incredulidad, dice.

Kat Stanley, directora de Endo Help Foundation, dice que el estigma en torno a la menstruación y la reproducción femenina significa que muchas mujeres ni siquiera tienen el lenguaje para describir lo que sucede en sus propios cuerpos.

"Y cuando ya tienes el historial traumático de ir a buscar ayuda y que no te crean, es aún más difícil hablar de esas cosas personales que te están sucediendo".

Elizabeth y su nieta no son las únicas

El señala que la proporción de niñas y mujeres que sufren dolores crónicos es mayor que los hombres, en Australia y en otras partes del mundo. Pero a pesar de esta realidad, una encuesta realizada por el Consejo Asesor de Salud de la Mujer, titulada revela que muchas mujeres en Australia no están recibiendo el tratamiento médico que necesitan para aliviar sus dolores. ¿A qué se debe esta situación?

Pues, es una de las preguntas que la realizada por el departamento de salud del gobierno de Victoria, intenta responder.
...Ya sea por períodos o después de los períodos o por prolapso del aparato genital, por los partos repetidos, o partos dificultosos, es decir, hay toda una cantidad de dolores que son propios de la mujer.
Dra. Susana Cubas (Médica General en Australia jubilada)
La investigación surgió a raíz de la encuesta End Gender Bias, que revela que dos de cada cinco mujeres en Victoria entrevistadas para el estudio sufrían de dolor crónico. La encuesta también indica que la mitad de las participantes sufrían de condiciones dolorosas relacionadas con la menstruación y que una de cada tres mujeres informó de profesionales de la salud que demostraban conductas insensibles e irrespetuosas hacia sus pedidos de ayuda para lidiar con el dolor, lo que, según ellas, las hacía sentir rechazadas e ignoradas.

La Dra. Susana Cubas, experta médica jubilada que ha brindado tratamiento a pacientes en Australia durante más de 30 años en su clínica de medicina general, afirma que la experiencia del dolor físico entre los géneros se debe a un tema biológico.

“El aparato motriz y la columna por ejemplo es una fuente muy frecuente de dolores. En la mujer podemos ver más dolor de columna por la constitución física, o porque tienen que hacer trabajos que van más allá de lo que son sus fuerzas”, explica a SBS Spanish la Dra. Cubas.
[Las mujeres] saben que durante demasiado tiempo no se les ha creído con respecto a su dolor, ni se les ha dado el tratamiento que necesitan y merecen a través de nuestro sistema de salud.
Premier de Victoria, Jacinta Allan
Agrega que el dolor pélvico es otro factor que genera malestar en la vida de las niñas y mujeres.

“Es un dolor muy frecuente ya sea por períodos o después de los períodos o por prolapso del aparato genital, por los partos repetidos, o partos dificultosos, es decir, hay toda una cantidad de dolores que son propios de la mujer”.

Se espera que la investigación sobre el dolor de las mujeres, proporcione una hoja de ruta para mejorar los servicios de apoyo y tratamientos, y provea información sobre los problemas sistémicos que enfrentan las mujeres cuando buscan atención y apoyo.

Se trata de una investigación pionera en Australia, que fue anunciada a finales de enero por la premier de Victoria, Jacinta Allan, que padece endometriosis.

Durante el anuncio, la premier volvió a enfatizar el hecho de que hay más niñas y mujeres que hombres que sufren de dolor crónico, pero que las mujeres tienen menos probabilidades de recibir el tratamiento que necesitan, en parte, por la actitud de algunos profesionales médicos que consideran el dolor femenino "como algo normal de la vida".

“Muchas mujeres de nuestra comunidad saben que existe una brecha de género cuando se habla del dolor. Saben que su dolor es real y también saben que durante demasiado tiempo no se les ha creído con respecto a ese dolor, ni se les ha dado el tratamiento que necesitan y merecen a través de nuestro sistema de salud”, dijo Allan a los periodistas.

Los hallazgos de la investigación se publicarán a fines de 2024.

Para escuchar la historia completa de Elizabeth Mazeyko, presiona el ícono de reproducción que se encuentra al principio de la página.


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