“No hay beneficios, solo obligaciones”, dice latino con visa temporal sin subsidio en Australia por COVID-19

Sergio, un inmigrante sin ayudas del gobierno

Source: Supplied

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Después de pagar por varios años sus impuestos; Sergio, quien está a espera de obtener la residencia permanente en Australia, esperaba recibir los subsidios gubernamentales por COVID-19. El gobierno le denegó esa ayuda como a miles de inmigrantes que están sin empleos a raíz de la crisis generada por la pandemia.


Cuando comenzó COVID-19, Sergio* estaba en un paso entre dos lianas: la terminación de un contrato como gerente general en un restaurante de Sídney y el inicio de otro proyecto laboral con una empresa. Este emprendedor mexicano, que lleva esperando dos años y medio a que le otorguen su residencia permanente, confiaba en que su red serían los subsidios que ofrecía el gobierno para aquellos que se quedaron sin trabajo durante la pandemia.

Al acudir a Centrelink y después de semanas de espera, los funcionarios le dijeron que no era elegible para beneficiarse con las ayudas, a pesar de que el gobierno aparentemente se ha retrasado en la otorgación de su residencia permanente. Este proceso dura aproximadamente dos años.

“Mi caso lleva más de lo normal. Apliqué al JobSeeker (ayuda de desempleo) y la respuesta fue que no soy residente permanente. Me dije no voy a tirar diez años de mi vida regresando a México”, comenta Sergio a SBS Spanish, al explicar porqué decidió quedarse en Australia a pesar de la crisis.


Puntos destacados

  • Sergio como muchos inmigrantes con visas temporales no han recibido la ayuda del gobierno a pesar de que durante años han pagado impuestos en Australia.
  • El gobierno australiano solamente ha dado la opción de poder retirar dinero de los fondos de jubilación a los inmigrantes para poder mantenerse en el país. 
  • Sin lianas ni red, Sergio, quien lleva casi diez años en Australia con diversos visados y tiene una hija que mantener, sintió que el impacto en picada con su nueva realidad fue una de las situaciones más dolorosas que ha pasado en este país.

 “No te aceptan porque no eres residente. La vida te cambia todos tus planes de vida”, precisó Sergio, un conocido emprendedor mexicano que en el pasado ha trabajado en proyectos de ayuda comunitaria en Sídney.

Sergio no puede esconder la frustración por el rechazo del gobierno dado que además de pagar impuestos, él tiene que pagar por cada vez que tiene que salir del país debido a su condición de inmigrante con un “bridging visa” o visa provisional hasta que le den la residencia permanente.

“Me enoja, me frustra. Después de haber pagado tantos impuestos y no tener acceso a la misma ayuda (que el resto de los australianos, residentes permanentes y ciudadanos)”, comentó Sergio al agregar en tono irónico; “Muchas gracias Gobierno por lo que me toca”.

Su decepción fue aún mayor cuando el tesorero federal Josh Frydenberg dijera a mediados de mayo que un error de cálculo resultó en un excedente de 60,000 millones de dólares en el programa JobKeeker, que entrega a las empresas para que mantengan a los trabajadores en sus empleos.

Ese dinero tampoco se destinará a la ayuda del más de millón de trabajadores temporales que se han quedado sin subsidios.

Los trabajadores extranjeros representan un diez por ciento de la fuerza laboral australiana, aunque muchos de ellos no son elegibles para ser destinatarios de los subsidios para mitigar la crisis generada por la pandemia .

“Ya se que (el gobierno) no me va a apoyar a mí. No espero nada de ellos”, precisó.

Ante la desgracia, la fuerza para seguir avanzando

Desde que llegó a Australia, Sergio ha sido previsor. En Sídney, ciudad que lo encandila por la calidad de vida que ofrece, este mexicano ha trabajado con ahínco y además ha podido ahorrar dinero.

El monto que ha retirado del fondo de jubilación del Superannuation lo utiliza para sobrevivir en el día a día y mantener a su hija.

Además Sergio le ha puesto a los malos tiempos su mejor cara y esto lo ha llevado a juntarse con algunos colegas para crear un servicio de preparación y entrega de comida a domicilio por toda la ciudad.

Estos tiempos duros también le han servido para darse cuenta de que Sídney y en general Australia tiene una buena calidad de vida y que la pandemia no ha golpeado tan fuerte como a México o el resto de Latinoamérica, región que se ha convertido en el nuevo epicentro de COVID-19.

A pesar del infortunio “te das cuenta que sí vale la pena vivir en un país así”, precisó Sergio a la espera de que pronto le otorguen su residencia permanente para poder afincarse con tranquilidad en este país.

Mohammad Al Khafaji, director ejecutivo de la Federación de Consejos de Comunidades Étnicas de Australia (FECCA, siglas en inglés), ha abogado por una aceleración del proceso para otorgar la residencia permanente y así los inmigrantes.

“Es anti-australiano dejarlos sin el apoyo que tienen todos”, precisó el alto representante étnico.

“Los inmigrantes temporales contribuyen enormemente a Australia: pagan sus impuestos y contribuyen en nuestros valores sociales y económicos. Actualmente están en un limbo por la crisis del coronavirus. Aunque tengan derechos laborales no hay trabajo. No tienen ayuda a los subsidios del gobierno”, precisó Al Khafaji.

Las ayudas gubernamentales en Australia por la pandemia ascienden a $320,000 millones de dólares australianos, lo que equivale al 16,4 por ciento de su PIB, mientras que su deuda pública se calcula en $379.200 millones para junio del próximo año, según datos oficiales.

 * Sergio es un nombre ficticio para proteger la identidad del entrevistado.

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