"Mi salvación es Chile": Mabel deja atrás su familia en Australia por falta de vivienda después de 30 años

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La madre y abuela chilena hasta mediados de 2021 compartía una vivienda de alquiler con sus tres hijos adultos. Credit: Supplied

Mabel Stephens emigró desde Chile a Australia de muy joven, donde se estableció y luego formó una familia. Jamás imaginó que la crisis de vivienda que atraviesa el país la llevaría a tomar la decisión más difícil de su vida: dejar a sus hijos y nietos para regresar a Chile, su única opción para no acabar viviendo en su auto en Australia.


Puntos destacados:
  • Mabel Stephens vivía en Gold Coast hasta que le fue imposible seguir pagando un alquiler en Australia.
  • La madre y abuela chilena, quien llegó a tener hasta tres propiedades en Australia, estaba enfrentando desempleo, falta de vivienda e incremento en el coste de vida, por lo que tomó la difícil decisión de irse.
  • Ella aún guarda la esperanza de volver a Australia para estar cerca de sus hijos y nietos, ya que asegura, “perder los lazos con la familia es algo trágico”.
Mabel Stephens siempre pensó que la idea de no tener dónde vivir era algo que le sucedía a otras personas. Después de todo, ella vivía en Australia, y en las cuatro décadas que llevaba residiendo en este país había sido dueña de tres propiedades y había tenido varios trabajos que le permitieron una buena calidad de vida. Pero un día, a sus 63 años, se vio en la dolorosa situación de tener que elegir entre vivir en su auto para estar físicamente cerca de sus hijos y sus nietos, o separarse de ellos y regresar a Chile a cambio de tener un lugar dónde vivir. Ella eligió la segunda opción.

“Uno considera, ¿qué puedo hacer a mi edad? No hay empleo, es imposible vivir de un beneficio social. ¿Qué hacer? Bueno, mi salvación es Chile, porque tengo familia, tengo amigos y la vida es más barata”, reflexiona Mabel Stephens.
Instalada desde hace poco más de un año en su nueva vida, en Valdivia, una pequeña ciudad al sur de Chile, Mabel comparte vía telefónica con SBS Spanish aquellos oscuros días en los que su situación era tan angustiante que más de una vez terminó en el hospital con cuadros de estrés.

La madre y abuela chilena cuenta que hasta mediados de 2021 compartía una vivienda de alquiler con sus tres hijos adultos. Pero ese año la familia decidió que era hora de que cada uno se fuera a vivir por su cuenta.
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Los tres hijos de Mabel Stephens. Credit: Supplied

Buscar casa en medio de una crisis inmobiliaria

Mabel y su hijo menor, Simón, quien en ese entonces era estudiante y trabajaba a tiempo parcial, decidieron vivir juntos, pero cuando salieron a buscar una propiedad para alquilar se enfrentaron con una realidad que no coincidía con sus expectativas.

El mercado inmobiliario había cambiado dramáticamente y los precios de las ofertas de viviendas para alquilar eran inasequibles para sus presupuestos.
Yo siempre pensé: eso de no encontrar dónde vivir le sucede a otras personas que no saben cómo hacerlo, pero nos sucedió a nosotros… Es algo fuerte porque yo ya soy mayor y eso es complicado. Especialmente cuando no se consigue empleo a esta edad.
Mabel Stephens, chilena de 65 años que tuvo que regresar a Chile para encontrar un lugar seguro donde vivir.
Mabel cuenta que asistieron a decenas de inspecciones y que en cada cita había entre 30 a 40 personas con las cuales competían por viviendas de alquiler que costaban entre $400 y $500 por semana, precios que además estaban fuera de su alcance.

Después de numerosas citas y consultas lograron encontrar un apartamento para alquilar que era parte del Esquema Nacional de Asequibilidad de Alquiler de Queensland (NRAS, por sus siglas en inglés).
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Mabel y su hijo menor, Simón. Credit: Supplied
Pero la sensación de alivio duró poco tiempo. Al cabo de unos meses Mabel y su hijo fueron desalojados debido a la eliminación del programa de apoyo para la vivienda.

“Me enfermé yo y se enfermó mi hijo. Fue mucho el estrés. Incluso estuve dos veces hospitalizada de emergencia por el estrés que me superaba, a mi y a mi hijo también. Porque él sentía una responsabilidad conmigo”, recuerda Mabel con un tono de voz que aún refleja angustia.

No siempre fue así, Mabel llegó a tener hasta tres propiedades en Australia

Mabel emigró a Australia a los 20 años. Cinco años después ya contaba con una casa propia. Desafortunadamente, ese patrimonio se perdió cuando su exesposo hipotecó la vivienda para comenzar un negocio que al final no prosperó.

Años después, ya con tres hijos, logró adquirir dos casas en Gold Coast. Pero más tarde tuvo que venderlas porque se quedó sin trabajo.

“Desgraciadamente la empresa empezó a disminuir personal y como yo fui una de las últimas en llegar, tuve la mala suerte (de ser despedida)".
Muchos dirán que tuve tiempo de comprar una casa, que no debí llegar a esta edad sin ser dueña de una propiedad… Le sucede a muchas personas. Gente que tiene un buen ingreso, una buena pensión, pero viene algo en su vida, tropiezan, hacen un mal negocio y se terminó el bienestar.
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Mabel tiene experiencia en contabilidad y administración, áreas en las que siempre trabajó en Australia desde que llegó en 1978.

Trabajó mayormente en el sector minero pero también en consultorios médicos, en negocios para el cuidado de ancianos e incluso hasta en parques temáticos.
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Mabel con sus hijos pequeños. Credit: Supplied
De hecho, cuando sus hijos eran pequeños, se los llevó a vivir con ella a Chile por 10 años, donde estuvo trabajando para una compañía australiana.

Sin casa, sin dinero y sin empleo

El historial laboral de Mabel ha sido sumamente dinámico y a lo largo de su vida cambió de empleos varias veces, pero jamás tuvo inconvenientes, explica.

Sin embargo, a partir de los 60 años, todo cambió.

Mabel señala que la búsqueda de trabajo se convirtió en una meta imposible de alcanzar, incluso cuando intentó encontrar empleo en sectores fuera de su experticia.
Yo no tenía problema en trabajar de lo que fuera para lograr un ingreso decente… Podía ir a limpiar en algún lugar, que lo hice algunas veces, pero ya mi edad y con el estrés que había sufrido como que me vino una vejez repentina.
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"Postulé incluso para ir a cosechar frutas —que pagaban bien y había un lugar donde quedarse—, pero también por la edad, fue imposible”, asegura.

En su búsqueda incesante Mabel dice que se encontró en reiteradas ocasiones con la misma respuesta: "buscamos personas físicamente capacitadas para desarrollar las tareas", un requerimiento que a menudo era bastante difícil de satisfacer dado su deterioro físico y mental por la crisis laboral y de vivienda que estaba sufriendo simultáneamente.

Mabel también contempló mudarse a una ciudad más pequeña en alguna zona rural de Queensland, pero sin trabajo y totalmente dependiente del pago del desempleo, Mabel sentía que la opción era inviable, especialmente cuando se quedó sola, ya que para ese entonces, su hijo menor, Simón, comenzó a vivir su vida de manera independiente.
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Mabel y su hijo menor Simón, antes de partir para Chile. Credit: Supplied
Vivir lejos de la ciudad de Gold Coast, , significaría un cambio que, según Mabel, no habría sido beneficioso para su bienestar.

Mabel explica que aún en una zona rural, habría tenido que compartir una casa con personas desconocidas, probablemente más jóvenes, y vivir aislada de su familia y círculo social.

“Ya, cuando uno llega a una edad mayor, uno quiere su hogar, su nido, y no se puede (vivir con extraños), es imposible”, señala Mabel.

“Chile, ¡mi salvación!”

Con ese panorama, la única opción que le quedaba era vivir en su auto. “Pero tampoco tenía un auto decente", bromea la madre y abuela chilena.

También consideró compartir casa con alguna amiga, pero todas vivían con hijos y marido, de modo que la ayuda habría sido sólo temporal.

Llegó entonces el momento de tomar una decisión más drástica; explorar sus opciones fuera de Australia.

Irse del país se convirtió en la última opción para Mabel, quien con 63 años, vio su regreso a Chile como una "salavación".

“Pensé, mi salvación es Chile... después de todo, allá tengo una familia, algunos amigos, y el costo de la vida es menos caro, además tengo un pequeño fondo de pensión que rendiría mejor en Chile que en Australia", explica Mabel.

“Entonces me vine a ojo cerrado”.
Mabel buscó una casa básica donde vivir y se instaló en Valdivia, una pintoresca y pequeña ciudad en el sur de Chile.

“El arriendo es más barato. Puedo arrendar una casa pequeña. Puedo sobrevivir al costo de vida. Los precios han subido igual que en todas partes después de la pandemia, pero todavía hay posibilidades de ajustar el presupuesto de alguna forma", afirma.

“Aquí no necesito auto, por ejemplo. En Australia necesitaba auto si quería trabajar. En Chile hay más posibilidades de comprar casa, porque es más barato. Ahora en Australia es imposible comprar para un joven que gane menos de $80,000 al año. Imposible soñar en comprar una casa”, lamenta Mabel.
Una casa básica es lo todo lo que uno quiere cuando ha pasado por esta situación trágica de arrendar. Uno aprende a conformarse con menos. Mientras tenga un techo limpio y digno está todo bien.
Mabel Stephens, una mujer que tuvo que emigrar por segunda vez, a sus 63 años.

“Perder los lazos con la familia es trágico”

Ahora Mabel puede pagar por el techo que la cobija, pero asegura que el precio emocional es insuperable. Ha tenido que dejar atrás a sus seres más cercanos y queridos, y el dolor de estar tan lejos de sus tres hijos y nietos, nunca cesa.
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Mabel asegura que no pierde la esperanza de regresar a Australia para estar cerca de toda su familia. Credit: Supplied
“Fue una decisión muy dura dejar a mis hijos y nietos. Estoy perdiendo lazos. El perder los lazos con la familia es trágico. Es algo que solo con la presencia puede permanecer”, lamenta al otro lado del teléfono.
Mabel asegura que jamás pensó que estaría en estas circunstancias, y explica que siempre vio a Chile como un lugar para visitar, pero nunca se imaginó que su vida "terminaría así".

“Es duro. Hay que vivirlo para entenderlo. Las personas que no han vivido esta circunstancia no lo van a entender. Uno lucha durante la juventud para llegar a (la vejez) bien. Desafortunadamente suceden cosas en el camino que son imprevistas y a uno le toca esto (sus circumstancias). Uno espera llegar (a la vejez) con dignidad. Considero que la dignidad es lo principal, y cuando se pierde, se pierde todo”.

Actualmente Mabel está tratando de rehacer su vida en Chile, al lado de algunos amigos de la infancia, hermanas y madre, y una nueva pareja sentimental. Sin embargo asegura que mantiene la esperanza de regresar a Australia para estar cerca de los seres más queridos de su vida.

Escucha el podcast con la historia de Mabel Stephens presionando el ícono de reproducción que se encuentra al inicio de la página.

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