Marianella Castro se hizo famosa en Perú por su blog Buscando Té, cuyas historias luego se tradujeron en una micro-serie por internet sobre las aventuras y desventuras amorosas de esta mujer de orientación sexual distinta. Su fama traspasó fronteras y su humor tan limeño como el mensaje de que el amor entre personas del mismo sexo es igual al que siente una heterosexual caló en otros países de Latinoamérica y España. Al mismo tiempo que recibía palabras de apoyo y le pedían consejos, también le llovieron los mensajes de odio en las redes sociales.
“Las redes sociales son un mundo paralelo. No tienen rostro, nombre y es a veces la exacerbación de lo que puedes decir, el extremo de lo que piensas y así nos lo tomamos siempre. Desde que comenzamos tuvimos muchos insultos y amenazas”, cuenta a SBS Spanish Marianella Castro, quien se encuentra en Australia junto a su pareja y socia en cada aventura vital y laboral Ana Claudia Monsalve.
En este camino de lucha y activismo hubo un punto de inflexión que las hizo cambiar de rumbo. Un golpe de timón dado por un mensaje desesperado buscando la última cuerda salvavidas. Era un llamado de socorro en un naufragio emocional para evitar un suicidio. La fuente era una joven de 15 años que se presentó un día, por sorpresa, ante ellas con un caso desgarrador: una violación correctiva a la que le sometieron por tener una pareja del mismo sexo.
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La violación “correctiva” no es otra cosa que una agresión brutal sexual para que una lesbiana sepa “lo que es un hombre”. Esta práctica muchas veces es realizada con el consentimiento de las familias o en el seno de las agrupaciones religiosas que censuran la homosexualidad y aunque no existen cifras de la magnitud de estos delitos, han salido a la luz algunos casos que revelan el horror que sufren las víctimas.
“En el colegio, los directores le informaron a las familias de la peor manera que iban a ser expulsadas por su orientación sexual. Entonces, el padre, si se le puede llamar así, no tuvo mejor idea que darle las llaves de la casa al primo y llevarse con engaños a la mamá, pese a que este chico había crecido con ella como su hermano”, relató Marianella.
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“Cuando eso ocurre, ella ya no quería vivir más”, recordó Marienella, quien remarcó “en ese momento supimos que teníamos que hacer algo”.
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El nacimiento de It gets better en Perú
Los diferentes casos y experiencias que le relataron las personas LGTBIQ en Perú ya la habían conmovido, pero el caso de la joven fue el detonante para que Marianella y Ana Claudia buscaran asociarse con la red It gets better , que brinda esperanza a los jóvenes LGBTIQ+ que están siendo vulnerados.
La creación de ese centro de ayuda en Perú, un país que no tiene una política nacional contra la discriminación por la orientación sexual y la identidad de género ni tiene tipificado los delitos de odio hacia la población LGTBIQ, desató una serie de presuntas agresiones verbales, amenazas e incluso pintaron la palabra “lesbianas” en el coche de Marianella y Ana Claudia.
Los agresores y presuntos autores de las amenazas no tienen rostro, según cuenta la pareja, que no pudo concretar una denuncia policial por el anonimato detrás de estos incidentes violentos.
Marianella tiene a su madre y a sus hermanos en Australia, pero en un principio no quería cambiar su vida en Perú. Se sentía feliz como bloguera, productora, empresaria del márketing y sobre todo con Ana Claudia. Sin embargo, después de un viaje junto a Ana Claudia a China buscando un poco de paz después de toda esa violencia contra ellas y su iniciativa LGBTIQ, decidió visitar a su familia en Sídney.
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“Ese globito que estaba inflado de adrenalina se desinfló en brazos de mi madre, o sea que yo los necesitaba, de verdad no sabía cuánto”, relató.
Después decidieron Ana Claudia y Marianella, ahora ya comprometidas para casarse, solicitar un visado de protección humanitaria, la subclase 866, que se aplica a las personas que ya se encuentran en Australia y abarca a las personas LGTBIQ.
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Esta visa requiere que los solicitantes presenten una gran cantidad de información y evidencia y especialmente para las personas de las minorías sexuales es bastante complicado porque tienen que comprobar que pertenecen a la comunidad LGTBIQ.
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Polémica en torno a visa para LGTBIQ
El Instituto Australiano de Asuntos Exteriores publicó en 2017 que existen numerosos ejemplos en años recientes de líneas de interrogación en las diversas instancias oficiales y judiciales estereotipadas y sexualmente explícitas para que un solicitante de asilo sea creíble respecto a su orientación sexual. “Por ejemplo, los refugiados se sienten obligados a producir documentación sexualmente explícita y se les ha preguntado sobre sus prácticas sexuales”.
Al respecto Marianella considera que si bien sabe por un lado “que es necesario que el gobierno sepa que algo es verdad o no” , ella cree que “se debería tener en cuenta que se está hablando con una persona que puede estar sintiéndose ofendida”.
Marianella y Ana Claudia aún no se han sometido a una entrevista, pero la bloguera comenta que muchas veces se siente ofendida o invadida por las “típicas preguntas” sobre cómo tienen relaciones, por ejemplo.
“En algún punto de tu vida te llegan a cansar, a herir de una forma. Soy igual que cualquier persona, tengo una orientación sexual distinta, pero sigo siendo una persona”.
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Nuevo comienzo en Australia
Ahora Marianella y Ana Claudia intentan rehacer su vida en Sídney e intentando a la distancia a ayudar a los jóvenes LGTBIQ de Perú y si es posible, la activista quiere seguir escribiendo en inglés y español en su blog “Tu eres my Lovster”, un juego de palabras entre amor y gamba (love/lobster) y si es posible producir algún audiovisual.
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Si conoce a alguien que es victima de violencia doméstica o familiar llame al 1-800-RESPECT, cuyo número es, 1800 737 732 or visite 1800RESPECT.org.au
