En Chile son 15 millones de electores, la mitad de ellos indecisos, convocados el próximo domingo 21 de noviembre a elegir al sucesor de Sebastián Piñera entre siete candidatos, desde la extrema izquierda a la extrema derecha, en una de las elecciones más inciertas en 31 años de democracia.
El domingo también se vota por 155 diputados, 27 de los 43 senadores y consejeros regionales. Será la cuarta elección desde 2020 que se celebra en Chile, que transita un periodo de cambios desde la dura revuelta social en octubre de 2019.
En octubre de 2019 más de un millón de chilenos salieron a la calle para exigir mayor igualdad y mejores servicios públicos. Al menos 30 personas murieron en protestas que duraron semanas. Para restablecer la calma, los líderes de Chile aumentaron el gasto social y acordaron un proceso para reescribir la constitución adoptada bajo el mandato de Augusto Pinochet.
Hasta hace poco parecía probable que Chile eligiera un nuevo presidente que compartiera los objetivos de los manifestantes. Durante meses, Gabriel Boric, un antiguo líder estudiantil de 35 años aliado con el Partido Comunista fue el favorito en unas elecciones presidenciales cuya primera vuelta se celebrará este domingo 21 de noviembre. Ahora parece que la carrera presidencial será una dura contienda entre él y un candidato de la extrema derecha, José Antonio Kast, que ha subido en las encuestas.
Los dos hombres ofrecen programas opuestos: Kast ha centrado su campaña en los valores sociales conservadores, la seguridad y la migración, mientras que Boric propugna un futuro igualitario, feminista y ecológico para Chile.
Mientras Kast se declara orgullosamente políticamente incorrecto y se opone a la igualdad matrimonial, Boric impulsa la inclusión y los valores sociales progresistas.
Entrevistados: Carlos Marin San Martin, cónsul general de Chile en Sídney; y el corresponsal de SBS en Chile, Sergio Jara.
