El cerco de presión se cierra sobre el vice Primer Ministro Barnaby Joyce, que ha rechazado una queja por mala conducta sexual presentada recientemente contra él, diciendo que es "falsa y difamatoria".
El director federal del partido Nacional, Ben Hindmarsh, ha confirmado que la queja ha sido recibida, y que será tomada en serio, además de ser tratada con estricta confidencialidad y con el debido proceso.
Un portavoz de Joyce ha dicho que estas denuncias deberían ser referidas e investigadas por la policía para probar la veracidad de las afirmaciones.
Mientras tanto, el Primer Ministro Malcolm Turnbull, que se encuentra de visita oficial en los Estados Unidos, se ha negado reiteradamente a apoyar públicamente a su asediado vice primer ministro y ha dicho que el partido de los Nacionales debe lidiar con sus propios problemas de liderazgo.
"No lo he hecho, ni mi partido ha tratado de influir de ninguna manera en las deliberaciones del Partido Nacional, como no esperaría que el Partido Nacional tratara de influir en las deliberaciones del Partido Liberal", explicaba Turnbull.
Joyce se ha tomado un descanso personal durante una semana, pero ha dejado claro en entrevistas concedidas a los medios esta semana que no tiene la intención de abandonar el liderazgo.
Pero la presión creció ayer cuando el diputado nacional Andrew Broad pidió su dimisión y dijo que incluiría este asunto la próxima semana en una reunión del partido.
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