La Política de la Australia Blanca murió, pero aún vive

El discurso del nuevo senador de Fraser Anning, del Partido Katter's Australia y representante del estado de Queensland, proponiendo un plebiscito para prohibir la entrada de musulmanes al país y favorecer los valores europeos cristianos, ha sacado nuevamente del baúl el fantasma de la polémica política de la “Australia Blanca” que imperó casi todo el siglo XX en el país. En SBS Spanish te explicamos qué es esta política y cómo nos sigue impactando hoy en día.

La canción de 1910, 'March of the Great White Policy' de W.E Naunton.

La canción de 1910, 'March of the Great White Policy' de W.E Naunton. Source: National Library of Australia

¿Qué es la política de la Australia Blanca?

La política de la Australia Blanca comprende una serie de leyes y medidas asumidas durante siete décadas para privilegiar una población principalmente de origen británico, que se emanan de la Ley de Restricción de la Inmigración, la Ley de Jornaleros del Asia Pacífico y la Ley de Correos y Telégrafos, todas aprobadas en 1901 cuando Australia adoptó el sistema federado.

Nacimiento de la Política de la Australia Blanca

La Ley de Restricción de la Inmigración de 1901, una de las primeras que aprobó el Parlamento cuando Australia adoptó el sistema federado, restringió la inmigración de personas de origen no europeo.

Entonces, el primer ministro australiano, Edmund Barton (1901-03), expresó explícitamente la superioridad de los blancos, según recordó el historiador Benjamin Jones, de la Universidad Nacional Australiana.
“No hay igualdad racial. Hay una desigualdad básica. Estas razas son, en comparación con las razas blancas, creo que nadie quiere convencerse de ese hecho, desiguales e inferiores”, comentó entonces.
Esta ley nació a raíz de que las seis colonias que se unieron en un Estado federado estaban preocupadas por la competencia que suponía la mano de obra barata no-blanca frente a los trabajadores locales.

La combinación del temor y la defensa de los intereses jugó un papel importante en las medidas para evitar la entrada en aquella época de jornaleros de China y las Islas del Pacífico.
Inmigración
Source: Wikipedia/Public Domain
Las medidas adoptadas que buscaban mantener a Australia con rostros blancos y británicos hicieron que abundaran los discursos supremacistas, como se dice comúnmente, hasta en la sopa. Y es cierto, esos lemas estaban incluidos en los productos que se ponían a la venta, como las sopas.

En 1925, el primer ministro Stanley Bruce aseguró a sus compatriotas que el 98 por ciento de los australianos eran británicos y que la situación no iba a cambiar.

Los exámenes de idioma para inmigrantes

La ley australiana de entonces exigía que los inmigrantes escribieran 50 palabras en cualquier idioma europeo mediante un dictado. Incluso, apunta Ben Jones, cualquier funcionario podía manipular los exámenes y así excluir a los inmigrantes indeseados.

El académico australiano recuerda que el examen más famoso fue al que se sometió el comunista judío Egon Kisch, conocido por hablar con fluidez varios idiomas. Él fue detenido por no recitar en gaélico escocés el Padre Nuestro.

Entre los años 1901 y 1958, cuando se eliminó la prueba, solamente 2.000 personas se sometieron a este examen y mediante él se evitó que una gran cantidad de personas que no eran caucásicos entraran al país.

Datos del Museo Nacional Australiano indican que la política de la Australia Blanca cambió rápidamente la configuración demográfica. Para 1947, solamente el 2,7 por ciento de la población había nacido fuera del país, Irlanda o Reino Unido. El efecto más evidente fue en la población asiática.
Australia Blanca
Source: Wikipedia/Public Domain
Tras la segunda Guerra, el ministro de Inmigración, Arthur Calwell, del Gobierno de Ben Chifley, comenzó a relajar las barreras para permitir la entrada de refugiados de Europa continental a Australia.

La Política de la Australia Blanca tenía el apoyo bipartidista, pero gradualmente fue desmantelado por ambos lados y en 1958, los gobiernos conservadores implementaron la Ley de Inmigración, que fue modificada significativamente en 1066.

El académico australiano Ben Jones recuerda que Australia, impulsada por la doctrina de “popular o perecer”, le abrió la puerta a inmigrantes no europeos por sus cualificaciones laborales o su idoneidad, en lugar de su raza. Con el tiempo se les ofreció las mismas oportunidades que a los europeos.

El Gobierno del laborista Gough Whitlan terminó simbólicamente con esta política de la Australia Blanca en 1973. La Ley de Discriminación Racial declaró ilegal cualquier “ofensa, insulto, humillación o intimidación” a cualquier persona debido a su raza, de acuerdo a su sección 18C, que un sector conservador intenta enmendar en la actualidad.

¿Cuál es el impacto?

Los mecanismos legales de la política de la Australia Blanca estaban vinculados a una serie de creencias sobre la superioridad de la civilización británica y la raza blanca en esa era.

La ideología de la “Australia blanca” fue comercializada y utilizada para vender jabones, juegos, rodajas de piña, según la Biblioteca de Investigación Multicultural.

Esta política imperó por casi siete décadas y tuvo un fuerte impacto en la formación de la Australia moderna.

Además del racismo, esta política implicó la extirpación unos 100.000 niños aborígenes del seno de sus familias para ser criados en familias blancas y en instituciones públicas con el fin de asimilarlos, creando así un gran trauma en esas víctimas y sus descendientes siguientes de las llamadas “Generaciones robadas”.

Un punto de inflexión en la política migratoria fue la aceptación de un gran número de refugiados vietnamitas durante el Gobierno de Malcolm Fraser (1975-1983).

En las últimas décadas, los dos principales partidos y otros minoritarios han apoyado el multiculturalismo en general.
Monga Khan
Monga Khan's photo was one of many in the National Archive of immigrants applying to be exempt from the White Australia policy Source: National Archives of Australia
En 1996, la líder de Una Nación, Pauline Hanson, irrumpía con fuerza en la política australiana y alertó de la “inundación asiática” y dos décadas más tarde, cuando retornó al Parlamento, hizo expresó su temor de la “inundación musulmana” a Australia.

Con el aumento de la inmigración marítima de afganos e iraquíes, entre otros, en busca de asilo en Australia, y tras el atentado del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos y posteriores acciones del extremismo islámico, los discursos contra los inmigrantes musulmanes y de las zonas en conflicto han aumentado.

En estos tiempos en que el presidente estadounidense, Donald Trump, abandera la consigna de que su país está primero, y sus medidas contra la inmigración, que incluyen la construcción de un gran muro en la frontera con México, resuenan en una minoría blanca desencantada, parecen avivar con fuerza en otras partes del mundo, los discursos sobre la supremacía blanca.
An Indian student holds a protest sign during a rally to stamp out violence against international students and racism in Sydney, Australia, Sunday, June 7, 2009.(AP Photo/Rob Griffith)
Source: AP
En Australia, el exprimer ministro, el conservador Tony Abbott, ha pedido en los últimos meses un recorte de los niveles de inmigración, e incluso se ha expresado contrario a la entrada de africanos por considerar que sus valores son distintos.

Esta semana fue Fraser Anning el que se colgó de la liana al arremeter contra la población de musulmanes y aquellos que no hablan inglés de los países del “tercer mundo” en favor de una Australia blanca.
Los académicos James Jupp y Gwenda Tavan aseguran que la ideología de la Australia Blanca aún da forma a las políticas migratorias del país en el siglo XXI, especialmente a lo relacionado a los refugiados- a pesar de que el Gobierno del primer ministro, Malcolm Turnbull, defiende la multiculturalidad y la tolerancia, según Jones. “Como política, la Australia Blanca, se ha ido. Pero como ideología podría decirse que perdura. Hay ciertamente una minoría que quiere “reclamar” una Australia idílica del ayer, con una monocultura blanca”, apunta Jones en su artículo, en el que considera que una mayoría abrumadora coincide con Turnbull, que “el multiculturalismo está para quedarse”.

La actualidad

El Programa Migratorio de Australia permite que las personas de cualquier país puedan migrar a Australia sin considerar su origen étnico, cultura religión, idioma, en el marco de los criterios establecidos legalmente.

Sin embargo, el Gobierno busca endurecer las medidas para que los inmigrantes entren al país o soliciten la ciudadanía.

Australia tiene 25 millones de habitantes, de los cuales un 49 % nació en el extranjero o uno o ambos padres son foráneos, mientras que el 52,1 % de la población es cristiana y un 2,6 % se identifica como musulmana, según el censo de 2016.

Los datos gubernamentales de 2017 muestran que India y China aportan la mayoría de inmigrantes en las dos últimas décadas en Australia, país que normalmente tiene una cuota anual de 190.000, pero que el año pasado rondó los 165.000.

Según un reciente estudio de la Fundación Scanlon de varias encuestas en las últimas décadas, un 85 por ciento de los australianos considera que el multiculturalismo es bueno para el país, pese a que existen grupos extremistas que de cuando en cuando salen a protestar en las calles o a cometer actos vandálicos.
Wa Australia kutoka jamii zatamaduni tofauti
Wa Australia kutoka jamii zatamaduni tofauti, washiriki katika tamasha ya siku kuu ya Australia Source: AAP

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Published 15 August 2018 5:05pm
Updated 16 August 2018 10:29pm
By R.O.


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