El millonario sector de la construcción en Nueva Gales del Sur, en donde trabajan muchos pobladores de habla hispana, estará paralizado en virtud de una orden gubernamental en Nueva Gales del Sur, para atajar el brote de la altamente contagiosa variante Delta, que afecta a los lugares de trabajo.
La paralización de la construcción en la zona metropolitana de la Gran Sídney afectará a unos 250.000 trabajadores y supondrá un golpe de 1.400 millones de dólares para la economía de Nueva Gales del Sur.
La premier de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, anunció el sábado que la construcción se detendría durante dos semanas a partir del lunes 19 de julio hasta por lo menos el 30 de julio, fecha en que se supone termina el confinamiento impuesto a finales del mes pasado a raíz de las altas cifras de contagios por la variante Delta.
Puntos destacados:
- Todos los trabajos de construcción se detendrán para frenar la propagación del COVID-19 a partir de las 12:01 horas del lunes 19 de julio hasta por lo menos el 30 de julio..
- La premier de Nueva Gales del Sur, Gladys Berejiklian, afirmó que la paralización de todas las obras supondría un coste importante, pero insistió en que el coste de no hacerlo sería mayor.
- La paralización, que costará unos 700 millones a la economía de Nueva Gales del Sur, La decisión se adoptó después de varios casos de COVID-19 entre trabajadores de la construcción, incluidos tres conductores de reparto que suministraban materiales a las obras del intercambiador WestConnex Rozelle la semana pasada.
"Sabemos que es una decisión importante. Sabemos el impacto que tendrá en las empresas pequeñas y grandes", dijo Berejiklian el sábado a periodistas en Sídney, al justificar que la medida que no fue implementada por el Gobierno de Victoria durante la segunda ola de COVID-19 el año pasado y que pretende “reducir la movilidad, y tenemos que reducir las posibilidades de que alguien se contagie del virus en su lugar de trabajo, lo propague a sus compañeros y luego lo lleve a casa".
¿Por qué esta medida sin precedentes?
La medida sin precedentes adoptada por Berejiklian, quien se ha inclinado anteriormente por evitar confinamientos y medidas drásticas que afecten a la economía, ha motivado la protesta de los grupos que representan a la industria de la construcción y un llamamiento a la reinstauración de JobKeeper por parte de los sindicatos.
El ministro de Transporte de Nueva Gales del Sur, Andrew Constance, dijo que la pausa afectaría a 130.000 trabajadores de proyectos de infraestructura de transporte del gobierno.
Constance dijo que la prioridad del gobierno era hacer que los lugares de trabajo fueran seguros, y que aún no había determinado el coste de la pausa en el proyecto de infraestructuras del estado, que asciende a 100.000 millones de dólares.
Sin embargo, tanto la jefa de Salud de Nueva Gales del Sur, Kerry, Chant como el ministro de Salud de este estado, Brad Hazzard, confirmaron el lunes que la decisión de introducir medidas críticas, como la de obligar a más de un cuarto de millón de trabajadores de la construcción a paralizar sus trabajos, fue en última instancia, del Gobierno de Berejiklian.
"Nuestros objetivos de disminuir la asistencia a los lugares de trabajo, de disminuir la posibilidad de interacciones, es lo que tenemos que conseguir. La cuestión de cómo hacerlo es realmente un asunto de gobierno más amplio", comentó la Dra. Chant, al insistir que los expertos en Salud no son expertos en la logística, dado que ee el Gobierno el que determina "qué cosas son críticas, qué cosas no lo son".
Para el ex ministro laborista Stephen Conroy , la premier Berejiklian, tuvo que actuar con dureza en el sector de la construcción porque "fue muy lenta y débil en su primer cierre", según dijo a Sky News, al comentar que fue “ un movimiento de pánico y de agitación por parte de la primera ministra y del ministro de Salud".
Asimismo, Conroy recordó que el premier de Victoria, Daniel Andrews, demostró que se puede mantener el sector de la construcción de una manera más limitada".
¿Cuánto puede resistir?
Según Bernard Keane, editor político de la revista de análisis político Crickey, si la medida
se prolonga más allá de las dos semanas no sólo en términos de pérdida de puestos de trabajo, sino en la financiación de las promociones inmobiliarias.
“Afortunadamente, el sector ha estado en auge desde que el gobierno introdujo el Homebuilder y la gente empezó a aprovechar los tipos de interés históricamente bajos para entrar en el mercado de la vivienda, así que este es el momento menos malo para un cierre. Incluso podría atemperar la enorme presión sobre los suministros de construcción que ha estado retrasando los proyectos en todo el país”, precisó.
