Fuerza vital: una sudamericana de 60 años viaja a Australia como estudiante internacional

A contracorriente de la mayoría de los estudiantes internacionales, que tienen entre 20 y 30 años, la contadora Sandra Pereira dejó São Paulo en 2018 a los 60 años y cruzó el planeta para hacer un curso de inglés en Australia. "No quería ir sólo como turista para visitar monumentos y volver, quería tener la experiencia de vivir en otro país".

Sandra Pereira

Sandra Pereira decidiu sair de São Paulo para estudar inglês na Austrália aos 60 anos de idade. "Eu fiz o intercâmbio quando deu, quando foi possível." Source: Supplied

La mayoría de los estudiantes internacionales en Australia tiene entre 20 y 30 años de edad. Pero también existen las personas que a una edad más madura deciden vivir la experiencia de estudiar en el extranjero. Ese es el caso de Sandra Pereira, contable jubilada, que en 2018, con 60 años, decidió dejar São Paulo y cruzar el globo para hacer un curso de inglés en Australia.

Sandra explicó que la decisión nola tomó porque estuviera jubilada sin nada que hacer, sino que respondía a un sueño suyo aprender otros idiomas y vivir en otro país. "No quería ir sólo como turista para visitar monumentos y volver, quería tener la experiencia de vivir en otros lugares".

Esta mujer de 60 años explicó que este sueño lo iba postergando constantemente por el ritmo de vida que llevaba en Brasil, así como otras prioridades, entre ellas las de criar a su único hijo siendo madre soltera.

Sandra esperó a que su hijo Alessandro, actualmente de 21 años, creciera para viajar y dejarlo en Brasil. Poco después, Alessandro se embarcó hacia Australia y se reunió con su madre en Melbourne.


Puntos destacados:

  • Según los datos publicados en la web del Ministerio de Educación de Australia, el número de estudiantes internacionales que se encontraban en el país en julio de 2021 era de alrededor de 545.000 personas, un 17% menos que en julio de 2020.
  • Esto se debe a la pandemia de COVID-19 y al cierre de las fronteras del país. El 53% de estos estudiantes estaban matriculados en cursos de educación superior, el 38% en cursos técnicos (VET) y el 5% en cursos de inglés.
  • De los datos para el año 2020, Brasil fue el cuarto país con más inscripciones en cursos técnicos (VET) y el tercero con más inscripciones en cursos de inglés.
  • Cifras algo más antiguas, referidas al año 2015, dadas a conocer también por el Ministerio de Educación del gobierno federal de Australia, muestran que el 43% de los estudiantes internacionales en el país ese año, la mayoría por tanto, se encontraban en la franja de edad de 20 a 24 años. Entre los brasileños, este grupo de edad también ocupó el primer lugar, seguido por los estudiantes de 25 a 29 años, y luego los de 30 a 34 años. 

 

La necesidad de aprender inglés para "moverse" y comunicarse mejor en los viajes que le gusta hacer a otros países, fue otra de las razones por las que Sandra decidió estudiar en el extranjero. "El inglés nunca fue fácil para mí, pero pensé: puedo hacerlo. Iré allí y aprenderé".

Desafíos

Sandra dice que enfrentarse a los retos es algo que le motiva, según ella, en virtud de su personalidad y por el hecho de que toda su vida ha tenido que enfrentarse a retos como una cuestión de supervivencia.

"Siendo mujer, negra, madre soltera y viniendo de una familia de bajos ingresos, pude estudiar, ser independiente y conquistar todo lo que he conquistado porque afronté los obstáculos sin agobiarme".

Precisamente porque se ha enfrentado a muchas dificultades a lo largo de su vida, Sandra dice que adaptarse a la nueva rutina en Australia fue más fácil de lo que imaginaba.

Su mayor preocupación fue el hecho de que su inglés era muy básico. También el miedo a no poder comunicarse, algo que consiguió a pesar de que le resultaba muy difícil entender el acento australiano. "Era diferente a todo el inglés que había visto, oído y estudiado. Pero me las arreglé. Entendí el contexto, usé aplicaciones de traducción".

Sandra considera que le fue muy bien, a pesar de la dificultad con el idioma y el acento local, porque logró alquilar un piso y conseguir un trabajo poco después de aterrizar en Melbourne.
Sandra brasileiros
Sandra ao lado de amigos que fez na Austrália: "Aprendi que posso buscar grandes amizades em qualquer tempo e lugar". Source: Supplied

Edad

Para Sandra, la edad ha tenido un impacto positivo en su intercambio. Tenía cierta preocupación por no poder "encajar" con la gente, especialmente en el aula, donde todos eran mucho más jóvenes que ella, pero dice que fue muy bien recibida por los profesores y los alumnos.

"En Brasil los ancianos viven separados de los jóvenes. Es como si fueran dos mundos totalmente diferentes. Cuando llegué a Australia, me di cuenta de que no tiene por qué ser así. Iba a los pubs con mis compañeros y me trataban con normalidad", destaca Sandra, y añade: "Las preocupaciones que tenía por la edad no tenían ningún sentido aquí (en Melbourne)".

Sandra también dice que nunca ha tenido problemas para conseguir un trabajo. "Siempre he mostrado un buen trabajo, y por supuesto eso cuenta, pero las oportunidades siempre han surgido. Así que no creo que la edad haya interferido en absoluto. Todo lo contrario. Para mí, la edad fue algo muy positivo. Saber que no es necesario tener la misma edad que un grupo para interactuar con esas personas. Así que fue un descubrimiento genial para mí".

Sandra relató que trabajó limpiando casas y que consiguió clientes fijos. Tambiñen “fui al gimnasio, hice clases de Zumba y estoy en excelente forma física. Los más jóvenes se asombraban de mi disposición en el trabajo".
Sandra Alessandro
Sandra com o filho Alessandro nos 12 Apóstolos, ponto turístico em Victoria.Ele chegou em Melbourne depois dela e ficou na Austrália após sua volta ao Brasil. Source: Supplied

Prejuicio

Sandra dice que no ha vivido ningún episodio de racismo en Melbourne, a pesar de saber que el racismo existe en Australia y de haber escuchado informes de personas que han sido discriminadas por el color de su piel en el país.

"En Brasil esto es mucho más fuerte que en Australia debido a la educación y la cultura. Aquí (en Australia) la persona puede incluso tener prejuicios pero no te lo hará saber, porque puedes ir a la cárcel por ello.

En relación con la edad, Sandra dice haber pasado por un único episodio de prejuicios cuando fue a probar un puesto en un hotel y el director la despidió antes incluso de pedirle que hiciera una prueba para demostrar su trabajo (algo muy común en Australia).

Sandra cuenta que su idea inicial era pasar dos años en Australia, para aprender bien el inglés y ayudar a su hijo, que llegó después que ella, a adaptarse y tener tiempo para ver si quería quedarse más tiempo tras la marcha de su madre. Pero con la pandemia de COVID-19 Sandra acabó quedándose un poco más.

Sandra, que concedió esta entrevista a principios de octubre, está ahora de vuelta en Brasil, tras haber pasado algo más de tres años en Melbourne. Durante este periodo, estudió inglés durante 10 meses y luego optó por hacer un curso técnico (VET) en Marketing, un área de su interés. "Era una forma de mejorar y seguir aprendiendo inglés, pero haciendo un curso diferente".

Dirigir el mundo

Cuando le pedimos a Sandra que hiciera un balance de su estancia en Melbourne, dice: "Fue una de las mejores experiencias que he tenido en mi vida. Conocí a gente maravillosa y aprendí que la vida no tiene que ser una constante".

Sandra dice que tuvo un grupo de amigos en Brasil durante años, pero que al llegar a Melbourne conoció a mucha gente agradable. Personas que no tenían la misma edad que ella. "Fue una sorpresa maravillosa. Aprendí que puedo buscar grandes amistades en cualquier momento y lugar".



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Published 8 November 2021 9:11am
By Mariana Gotardo
Source: SBS Portuguese

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