Donald Trump con COVID-19: ¿Cómo afecta a la campaña electoral?

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, un hombre de 74 años de edad y sobrepeso, "sigue mejorando" y da un paseo, a menos de un mes de los comicios en Estados Unidos.

US President Donald Trump works in his conference room at Walter Reed National Military Medical Centre.

US President Donald Trump works in his conference room at Walter Reed National Military Medical Centre. Source: Joyce N.Boghosian/Sipa USA

A menos de un mes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, el presidente estadounidense, Donald Trump, se recupera de la COVID-19 tras ser hospitalizado el viernes. El domingo, lunes en Australia, salió brevemente del hospital para saludar a simpatizantes desde su auto.

"Aprendí mucho sobre covid, lo aprendí al ir realmente a la escuela", dijo Trump en un video publicado en Twitter. "Esta es la escuela real. Esta no es la escuela de 'vamos a leer libros', y lo entiendo, y lo comprendo, y es algo muy interesante.

Este domingo, el equipo médico del mandatario precisó que sus niveles de oxígeno habían bajado dos veces en los últimos días y que está siendo tratado con esteroides, pero dio una evaluación optimista de la salud y las perspectivas del presidente de 74 años.

El sábado en la noche, el equipo médico había dicho que el presidente no estaba fuera de peligro, pese a manifestarse "cautelosamente optimista", luego de declaraciones del jefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, quien mostró preocupación por la salud de Trump, generando confusión.


Puntos destacados:

  • El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, fue hospitalizado el viernes por COVID-19. La información sobre su estado de salud ha sido contradictoria.
  • La encuesta de Wall Street Journal/NBC le dio al demócrata Joe Biden una ventaja del 53% contra 39% entre los votantes registrados de cara a los próximos comicios.
  • la Constitución y el Congreso establecieron hace mucho tiempo un plan de sucesión para garantizar que Estados Unidos esté protegido de adversarios y conflictos internos cuando el mandatario electo no puede ejercer su cargo, recordó el New York Times.

Ese mismo día, el mandatario difundió por Twitter un video en el que aseguró sentirse "mucho mejor", y señaló que volvería "pronto".

Entre el sábado por la noche y el domingo por la mañana, Trump estuvo en comunicación telefónica con varias personas, entre ellas su subdirector de campaña Jason Miller, cuando falta solo un mes para las elecciones del 3 de noviembre.

Tratamiento para Trump

Los médicos han tratado a Trump con dexametasona, un fármaco de la familia de los corticosteroides eficaz contra formas graves de COVID-19, además del antiviral remdesivir y el cóctel experimental de la empresa Regeneron. Pero no hubo detalles sobre el estado pulmonar de Trump por parte del equipo médico.

¿En qué momento se contagió?

Una línea de tiempo confusa proporcionada por los asesores y médicos de Trump sugirió que se reunió con más de 30 donantes de campaña el jueves en Nueva Jersey, incluso después de enterarse de que su asistente cercana Hope Hicks había dado positivo, y solo unas horas antes de que anunciara su propia infección.

Varias preguntas agitan las controversias. ¿Cuándo se contagió el presidente, que estuvo en un debate del martes con Biden? ¿Y por qué los organizadores del debate en Cleveland dejaron que toda la familia Trump asistiera sin máscaras?

La cadena CNN apuntó que “la actitud arrogante del presidente hacia el virus, su decisión de seguir viajando y realizar grandes mítines, y el hecho de que desaconsejó el uso de máscaras por parte de la mayoría de los estadounidenses hasta finales de este verano hicieron que su diagnóstico final fuera casi inevitable, dado que ha practicado comportamientos que su propio grupo de trabajo sobre el coronavirus no ha recomendado al público”.

Aprobación en baja

Un sondeo, realizado dos días después del debate presidencial con su rival demócrata Joe Biden el martes, y antes de que se conociera la enfermedad de Trump, mostró que su índice de adhesión estaba llegando al punto más bajo en el año.

La encuesta de Wall Street Journal/NBC le dio a Biden una ventaja del 53% contra 39% entre los votantes registrados.

La hospitalización de Trump ha generado simpatía generalizada, pero muchos consideraron que estaba pagando el precio por restar importancia a la gravedad de la pandemia.

Pence y Biden en campaña

La polémica creció mientras tanto el domingo sobre la falta de precauciones de la Casa Blanca y la familia Trump contra el coronavirus, pero también sobre la decisión de que el vicepresidente Pence continúe haciendo campaña. Él es quien tomaría las riendas del gobierno en caso de incapacidad de Trump.

Pence ha estado cerca de algunos contagiados, pero dio negativo al coronavirus. Y tiene por delante una apretada agenda.

La campaña de Biden, quien se realizará una nueva prueba de COVID-19 este domingo, dice que la enfermedad del presidente respalda la decisión del demócrata de liderar una campaña limitada, con un fuerte componente virtual.

¿Cómo puede afectar el contagio por COVID-19 a las posibilidades de reelección de Trump?

A solo un mes de las elecciones presidenciales estadounidenses del 3 de noviembre, contraer el virus podría tener consecuencias políticas positivas o negativas para Donald Trump. Por supuesto, todo dependerá de la gravedad de la enfermedad del presidente estadounidense, según Timothy J. Lynch, profesor asociado en política estadounidense de la Universidad de Melbourne.

Lynch indica en su artículo en la revista The Conversation que el menosprecio mostrado por Trump ante la virulencia de la COVID-19, hará que se enfrente a la “humillación pública”, una situación que según su sobrina Mary L. Trump no soporta.

Trump se precia de ser un hombre fuerte y puede que supere la enfermedad como lo hizo el primer ministro británico, Boris Johnson, o el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, aunque también podría estar fuera de acción durante semanas con el consiguiente desafío psicológico de la recuperación que pesa sobre él.

Pero su recuperación “podría demostrar que tenía razón desde el principio. Los confinamientos, podría insistir Trump, fueron una reacción exagerada a una enfermedad contagiosa pero no virulenta”, apunta el experto de la Universidad de Melbourne.

Asimismo en la historia estadounidense, los candidatos presidenciales que están enfermos a menudo ganan las siguientes elecciones (Ronald Reagan casi muere en un atentado en 1981 pero ganó de calle en 1984) o que lo hace su partido. Después de que Warren G. Harding muriera en el cargo en 1923, su partido, el republicano, permaneció en la Casa Blanca durante otros diez años.

“El presidente más grande de la historia de Estados Unidos medido por victorias (1932, 1936, 1940 y 1944), Franklin Roosevelt, también fue el más afectado por la mala salud. Víctima de la polio, pasó toda su presidencia en silla de ruedas. No se trata de que la COVID-19 vaya a convertir a Trump en Roosevelt, sino de observar hasta qué punto la enfermedad puede empoderar a un presidente”, explicó Lynch.

El efecto positivo en la campaña de Trump

Por otro lado la enfermedad de Trump podría tener un efecto positivo en el tono del discurso político dado que Biden probablemente muestre más cautela para que no sea visto demonizado por atacar a una persona enferma.

Aunque por el momento parece remota la posibilidad, si Trump queda incapacitado o muere si sus síntomas empeoran, la Constitución y el Congreso establecieron hace mucho tiempo un plan de sucesión para garantizar que Estados Unidos esté protegido de adversarios y conflictos internos cuando el mandatario electo no puede ejercer su cargo, recordó el New York Times.

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Published 5 October 2020 8:48am
Updated 5 October 2020 5:24pm
Source: AFP

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