Por estos días, Camila Jensen Fernández está disfrutando la satisfacción de haber logrado, a punta de esfuerzo, perseverancia y paciencia, un sueño al que le dedicó los últimos tres años de su vida.
Después de fallar en su primer intento por convalidar sus estudios de odontología en Australia, esta chilena de 34 años decidió no rendirse ante los insuficientes resultados. Este año Camila volvió a someterse a las mismas pruebas de conocimientos teóricos y prácticos del para jugársela por conseguir el título de dentista en Australia.
No fue una decisión fácil, ni tampoco económica. Enfrentar estos dos procesos de evaluación, además de todos los costos emocionales, le han significado desembolsar más de diez mil dólares australianos entre traducciones, certificados y las repeticiones de los respectivos exámenes en dos oportunidades.
Aunque está endeudada, Camila dice que todo su esfuerzo valió la pena, ya que el ADC le acaba de comunicar que finalmente aprobó satisfactoriamente los exámenes que repitió por segunda vez, lo que le permitirá convalidar sus estudios cursados en Chile y registrarse como dentista en Australia.
Ahora sólo tiene que certificar sus conocimientos de la lengua inglesa con alguna de las pruebas de inglés (EILTS, TOEFL o Pearson) para completar su registro en el ADC, dice. Y como en 2014, cuando postuló a la visa Work and Holiday, obtuvo 6.5 en el EILTS, sin haber estudiado, dice que cuenta con las competencias para enfrentar cualquiera de los exámenes de inglés con confianza de que obtendrá la calificación que necesita para comenzar a trabajar como odontóloga en los próximos meses.
Camila dice que fue clave trabajar como asistente dental en Australia para aprobar exitosamente su examen práctico. Pudo ver in situ cómo trabajan los odontólogos australianos desde ese rol que ha desempeñado en tres clínicas diferentes.
Acá en Australia no te piden ningún requisito para trabajar en una clínica dental como asistente, cualquiera puede hacerlo. Yo venía con un buen nivel de inglés, pero no tenía un inglés técnico. Trabajar como asistente dental me ayudó para enfrentarme al examen de convalidación.
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El examen más importante de su vida
Camila estudió odontología en la Universidad San Sebastián en Viña del Mar, ciudad ubicada al noroeste de Santiago, la capital de Chile.
Junto a su novio Juan José Carrasco, Camila llegó a Sídney en marzo de 2014 con la idea de trabajar unos meses de cualquier oficio y juntar el dinero necesario para ir a conocer un puñado de nuevos países entre Asia y Europa y después volver a Chile a trabajar como odontóloga.
Sin embargo, los recuerdos de la vida tranquila y segura que tenía en Sídney la trajeron de vuelta a Australia en 2016.
Esta vez, sin un boleto de vuelta a Chile, el objetivo era totalmente distinto al de su primera visita. Con Juan José ahora querían armar su hogar cerca de la playa y trabajar como profesionales en Australia, aunque fuese más difícil conseguirlo regresando con una visa de estudiante.
Source: Facebook Camila Jensen
Camila comenzó a buscar oportunidades para trabajar como asistente dental, mientras que su novio formaba en conjunto con otra socia una empresa para asistir a estudiantes internacionales desde Sídney.
Trabajando en una clínica dental en Sídney, Camila conoció a una joven brasileña que le contó sobre el proceso de convalidación de estudios y la orientó a seguir sus mismos pasos. El primero que dio fue presentar ante el Australian Dental Council (ADC) la documentación de sus estudios, -traducidos al inglés y validados por el Ministerio de Educación y el Ministerio de Relaciones Exteriores de Chile-, además de pruebas de su experiencia laboral previa.
"Ahí el Australian Dental Council evalúa si eres elegible para iniciar el proceso (de convalidación) … Cuando te aprueban esos documentos te informan que a partir de ahí puedes aplicar al primer test, que es un examen escrito, que está disponible para darlo sólo dos veces al año en Australia. Si lo repruebas, lo puedes volver a dar la cantidad de veces que quieras, pero lo tienes que volver a pagar."
"El examen escrito está compuesto de cuatro pruebas y dura dos días." Camila tuvo que repetir este examen escrito al año siguiente porque falló en una de las cuatro pruebas la primera vez que lo dio, explica.
“Una vez que pasas, que apruebas el examen escrito, ahí puedes dar el examen práctico (dos jornadas diarias de seis y nueve horas, respectivamente), no puedes hacerlo sin aprobar el examen escrito. Después, si en tres años no logras pasar el examen práctico se anula todo el proceso que has avanzado y hay que empezar de nuevo,” advierte.
Hay que tener paciencia y fuerza. Al final cuando pasé todo esto me sentí mejor que cuando terminé la carrera en Chile. Es tan sacrificado. Hay un montón de gente que se rinde en el camino. A mí se cayó hasta el pelo del estrés. Es pesado, es duro.
"Si [otros profesionales inmigrantes] lo quieren hacer, de verdad que lo hagan, porque se puede hacer, se pueden pasar los exámenes, pero tienen que estar dispuestos a ponerle mucho sacrificio y empeño."
Camila les recomienda a los dentistas latinos con buen nivel de inglés que busquen trabajo como asistentes dentales para insertarse profesionalmente. Este rol, además, les permitirá juntar el dinero que necesitan para enfrentar el costoso proceso de convalidación de estudios, agrega, ya que el salario de un asistente dental es mayor que de “trabajar como dentista en Chile, y trabajando sólo part-time, sin quiera full-time.”
Source: Bondi Dental
Residencia permanente: “Aprendí a vivir con incertidumbre”
Desde junio en 2016, mes en el que comenzó su proceso de convalidación de estudios, el Departamento de Asuntos Internos de Australia hizo varias modificaciones a las listas de ocupaciones del país, comenzando por sacar odontología de las carreras de alta demanda en las ciudades más pobladas del país.
“Los cambios agregan estrés y le agregan incertidumbre. Te da angustia no saber qué vas a hacer,” dice Camila, quien esperaba postular a una skilled visa en Sídney.
Hoy sus opciones para aplicar a una residencia permanente en Australia son más limitadas a pesar de que ahora se pueda registrar como dentista, agrega. El ultimo agente migratorio al que recurrió le aconsejó conseguir un contrato laboral (sponsorship) respaldado por una clínica dental, ubicada en una zona rural del país.
"Ahora quiero acumular experiencia como dentista en Australia para poder aplicar a una skilled visa que me permita quedarme acá," confiesa, “eso sería cumplir el sueño australiano. Todavía estoy con un pie adentro y pie afuera porque las cosas pueden seguir cambiando."
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