El primer ministro británico, Boris Johnson, debilitado por el escándalo de las fiestas del gobierno durante el confinamiento, ha sufrido un nuevo revés, cuando varios diputados de su partido dieron un paso adelante para que renuncie a su cargo, entre ellos, el diputado conservador Christian Wakeford quien se unió a la oposición laborista.
Activist Steve Bray holds an anti-Boris Johnson placard and a balloon with 'Party's Over' written on it, during a demonstration in London. Source: Sipa USA Vuk Valcic / SOPA Images/Sipa US
Los miembros de su partido conservador y ciudadanos británicos en general están furiosos por las revelaciones de que el personal de Downing Street estaba de fiesta mientras el resto del país estaba en estricto confinamiento debido a la ppandemia de COVID-19.
El líder laborista, Keir Starmer, mostró al nuevo diputado en la bancada de su partido y acusó al primer ministro de "defender lo indefendible".
Pero, tras haber multiplicado las disculpas y haberse mostrado apenado en televisión en los últimos días, Johnson se mostró muy combativo ante los diputados.
Usted y el partido conservador probaron ser incapaces de mostrar el liderazgo y el gobierno que este país se merece, dijo el diputado conservador Christian Wakeford.
Durante la sesión en el parlamento el miércoles, que generó un total de cinco llamados a su dimisión, el primer ministro defendió su política, atacó a la oposición y anunció también la eliminación de varias restricciones por COVID.
Johnson, de 57 años y en el poder desde 2019, está en el ojo del huracán tras las revelaciones de las fiestas organizadas en Downing Street cuando el Reino Unido vivía un estricto confinamiento.
El complot del "pastel de cerdo"
La prensa británica ha informado que unos 20 jóvenes diputados conservadores se reunieron el martes para hablar sobre una posible moción de confianza contra Boris Johnson.
Estos políticos estiman que tienen suficientes votos para forzar a Johnson a renunciar, un plan que la prensa local ha denominado como "pork pie" en referencia al complot del "pastel de cerdo", un plato tradicional que proviene de la zona de uno de estos diputados.
La semana pasada, Johnson reconoció ante el Parlamento haber estado presente en una de las fiestas en mayo de 2020. Pero se excusó afirmando que pensaba que era una reunión de trabajo, una explicación que no logró calmar los ánimos.
Según la prensa británica, Boris Johnson prevé una serie de medidas populistas para intentar mantenerse a flote. Por ejemplo, su gobierno ha dicho que recurrirá al ejército para impedir el ingreso de migrantes desde el Canal de la Mancha y podría congelar una tasa audiovisual que financia la BBC, dos temas sensibles para su electorado.
Para lograr que Johnson deje la presidencia del partido conservador y en consecuencia se retire también de Downing Street, se necesita al menos que 54 diputados conservadores envíen un correo al llamado "comité 1922" pidiendo una moción de confianza.
Por ahora, siete diputados admitieron que ya lo habían hecho y según la prensa local podrían haber otros 30, aunque todavía no se sabe si lograrán llegar hasta los 54.
"Pienso que sí, pero es difícil decirlo", dijo a la BBC uno de los diputados. Otro afirmó al diario Telegraph que "ha llegado la hora" para que el primer ministro dimita.
Pero el periódico Financial Times informó que hay muchos políticos indecisos y que algunos diputados quieren esperar hasta que reciban las conclusiones de Sue Gray, la funcionaria que debe entregar un informe que determine si se incumplieron las normas en vigor.
Además de las fiestas durante el confinamiento, el primer ministro también se ve salpicado por acusaciones de favoritismo y de ineficiencia ante la grave crisis económica que ha afectado el poder adquisitivo del pueblo. La inflación del Reino Unido llegó en diciembre a niveles sin precedentes en los últimos 30 años.
