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Australia pagaría $3 billones para 2070 por su inacción frente a la crisis climática

Australia se enfrenta a una economía en retroceso que vale billones de dólares y a la pérdida de cientos de miles de puestos de trabajo si el cambio climático no se controla. Los laboristas han dado señales de apoyar la política gubernamental de explotación del gas, alejándose de su objetivo de reducción de emisiones contaminantes.

A climate change protest, Scott Morrison and workers at a Beijing railway station.

A climate change protest, Scott Morrison and workers at a Beijing railway station. Source: AAP, Getty

Australia perdería más de $3 billones y 880,000 puestos de trabajo en los próximos 50 años si el calentamiento global sigue por el camino de superar los 3 grados centígrados, mientras que una nueva recuperación de COVID-19 basada en un objetivo neto cero para 2050 podría hacer crecer la economía en $680,000 millones. Según un nuevo informe de Deloitte Access Economics . 

El economista jefe de Deloitte Australia, Chris Richardson, dice que la pandemia de COVID mostró el costo de pasar por alto los riesgos catastróficos. "Así que es una urgente llamada de atención para que nos adelantemos a ese otro gran riesgo: el cambio climático", dijo Richardson. 

Las proyecciones apuntan a que Queensland, el Territorio del Norte y Australia Occidental sentirían el peor impacto económico de este escenario de inacción, de acuerdo al diario The Australian, en el que comercio, el turismo y la minería algunas de las industrias más expuestas.


Puntos destacados:

  • Australia se arriesga a perder más de 3 billones de dólares para 2070 a menos que actúe sobre el cambio climático, según un nuevo informe.
  • El análisis de Deloitte Access Economics ha indicado que la economía australiana será un 6% más pequeña y tendrá 880.000 empleos menos para 2070 si no se hace nada.
  • Australia en su conjunto también experimentaría "pérdidas económicas a la par de COVID, que empeorarían cada año debido a un cambio climático descontrolado" para 2055.

 

En contraste, el informe muestra que Australia ganaría $680,000 millones en caso de que acepte el desafío de hacer frente al cambio climático, además de 250,000 empleos.

Richardson dijo que la mejor y más eficaz manera de hacer frente al cambio climático es a través de los mecanismos de mercado.

"Los australianos necesitan una reforma política y normativa que modernice nuestra economía y libere la inversión empresarial", dijo el experto economista al recalcar que “los beneficios de actuar son enormes. Pero nos estamos quedando rápidamente sin oportunidades".

El informe se da después de que la Comisión Real Nacional sobre Incendios dijera en su reporte final que el gobierno australiano debería prepararse para un recrudecimiento de los desastres naturales por el cambio climático e implementar respuestas unificadas.

“A nivel mundial, las temperaturas seguirán aumentando, y Australia tendrá más días de calor y menos días de frío. También se prevé que el nivel del mar siga subiendo. Se prevé que los ciclones tropicales disminuyan en número, pero aumenten en intensidad. Se espera que las inundaciones y los incendios forestales sean más frecuentes y más intensos. Las condiciones catastróficas de los incendios pueden hacer que los modelos tradicionales de predicción de incendios forestales y las técnicas de lucha contra los incendios sean menos eficaces”, señala en informe de la Comisión.
Bushfires
آتش‌نشانان داوطلب خدمات آتش‌نشانی روستایی نیوساوت‌ولز در ماه دسامبر سال گذشته Source: AAP

¿El perro del hortelano?

Ante las presiones de diversos sectores políticos y civiles, así como la reciente iniciativa del banco ANZ de introducir una política contra el cambio climático para que la institución adopte medidas para apoyar una economía de cero emisiones netas para el 2050, el gobierno se ha mantenido firme en la promoción de su economía basada en combustibles fósiles y se le acusa de querer castigar las iniciativas contra el cambio climático.

Estos objetivos de carbono condicionarían el otorgamiento de préstamos e impondría plazos de reducción de emisiones para los sectores de agricultura, alimentos y bebidas, construcción, energía y transporte.

"Los bancos no son y no deben tratar de convertirse en la brújula moral y el árbitro de la sociedad", criticó el ministro de Agricultura, David Littleproud, la semana pasada.

Littleproud, también instó a que los australianos en zonas regionales consideren boicotear a los bancos que imponen "nuevos objetivos y sanciones de carbono paralizantes" a los agricultores.

Además el ministro amenazó con revocar las garantías del gobierno para los depósitos bancarios de ANZ como venganza por su política de préstamos más estricta en materia de cambio climático al asegurar que pretende proteger a los agricultores de lo que él llamó "agendas ideológicas arbitrarias de la sala de juntas".

"Los nacionales revisarán todas las palancas políticas a disposición del Gobierno Federal -incluida la disponibilidad de garantías de depósito- para proteger a los agricultores australianos de este tipo de agendas ideológicas arbitrarias en la sala de juntas", dijo Littleproud.

Pero no es la única acción adoptada por el sector privado, el año pasado, por ejemplo, el banco sudafricano Investec informó a la minera Adani que no le ayudará a conseguir capital para la terminal de carbón de Abbot Point en Queensland, lo que añade más complicaciones al intento de refinanciar la deuda de cientos de millones de dólares.

Apuesta por combustibles fósiles

El primer ministro, Scott Morrison, reveló en septiembre pasado un plan para "restablecer la economía", hundida por la pandemia del coronavirus, basado en gran parte en fuentes de energías.

Los partidarios del gobierno conservador afirman que, con este plan, el país consolidará su posición como primer exportador de gas natural licuado (GNL).

Además, el gobierno de Morrison, que considera que el carbón es fundamental para que los precios domésticos de la electricidad sean competitivos, asegura que se necesita una nueva capacidad despachable de 1.000 megavatios para brindar energía asequible y confiable.

El círculo de reflexión Australia Institute consideró que "una recuperación basada en el gas" no crearía empleos. Si se agotan las reservas de gas, esto significaría "triplicar las emisiones de gas de efecto invernadero del planeta", apunta.
Demonstrators protest against Santos' plans for a major coal seam gas field near Narrabri, in Sydney in August, 2017.
Demonstrators protest against Santos' plans for a major coal seam gas field near Narrabri, in Sydney in August, 2017. Source: AAP

Apoyo de los laboristas a combustibles fósiles

La apuesta por el gas motivó una lucha interna entre el partido laborista que puso a Anthony Albanese y Mark Butler y Joel Fitzgibbon por el otro, después de que este último, quien es portavoz en materia de recursos, respaldara públicamente el aval de los contribuyentes a la nueva infraestructura de gas defendida por uno de los asesores comerciales más influyentes de Scott Morrison, Nev Power, antes de ver los detalles.

El respaldo de Fitzgibbon a la suscripción resultó en una reprimenda pública de Butler, el ministro de cambio climático en la sombra, y de Albanese, el líder federal del Partido Laborista.

“Parece que el portavoz de recursos del los laboristas, Joel Fitzgibbon, ha convencido al Partido Laborista federal para que acepte decir cosas bonitas sobre los nuevos proyectos de gas e incluso el papel actual del carbón en el sistema energético. ¿Pero qué es exactamente lo que va a lograr?”, apuntaba el pasado 30 de octubre la revista Renew Economy, al enfatizar que el partido opositor intenta replantearse su política frente al cambio climático tras la aplastante derrota electoral pasada.

Entonces, el Partido Laborista buscaba una reducción de 45 por ciento de las emisiones contaminantes.

Se cree que Fitzgibbon ha logrado obligar al Partido Laborista a apoyar abiertamente la construcción de nuevas instalaciones de producción de gas e incluso nuevos generadores de gas, así como los proyectos de captura y almacenamiento de carbono, junto con el apoyo a suministros de gas más baratos para las industrias manufactureras.

"Apoyamos el gas", dijo Joel Fitzgibbon al programa de desayunos de ABC RN el viernes. "El gas será importante para salvar los trabajos actuales y los empleos durante el próximo período de tiempo considerable. Y, por supuesto, el gas nos ayudará a construir los trabajos del mañana.

En una feroz crítica, Bernard Keane, editor político de la revista de análisis Crickey también arremetió contra el Partido Laborista y los sindicatos.

“El Partido Laborista está respaldando la adopción del gas por parte del gobierno, que es económica y científicamente analfabeto, a instancias de los opositores a la acción climática de la división de minería y energía de la CFMEU y del Sindicato de Trabajadores Australianos, que está alineado con la derecha. Australia tiene ahora una estupidez bipartidista para una política energética”.

El poderoso sector de los combustibles fósiles ejerce una fuerte presión en la política australiana, que hizo colapsar el gobierno de la laborista Julia Gillard después de que se implementara un impuesto a las emisiones contaminantes en 2012.
Joel Fitzgibbon and Anthony Albanese are at odds over Labor’s climate strategy.
Joel Fitzgibbon and Anthony Albanese are at odds over Labor’s climate strategy. Source: AAP

Los costes del cambio climático aumentan

Por su lado, el autor principal del informe titulado "Una nueva elección: El clima de Australia para el crecimiento", y el socio de Deloitte Access Economics, Pradeep Philip, dijo que el cambio climático ya no es una posibilidad sino una realidad y que sus costos aumentan cada año.

"No hacer nada es ahora una opción política, y es costoso", dijo el Dr. Philip.

El informe dice esto acerca de las industrias de alto crecimiento, como la extracción de nuevos minerales para nuevas tecnologías y la inversión en la mejora y la sustitución de la infraestructura de Australia, como la transformación del Mercado Nacional de Electricidad.

Para ello se necesitarían nuevas estructuras energéticas, fijación de precios y reglamentación, al tiempo que se impulsaría la innovación en la fabricación avanzada y se abordaría la eficiencia de las emisiones en los sectores económicos tradicionales.

“Los expertos sostienen que la política climática nacional ha seguido empeorando: el Gobierno no tiene una política comprensiva de reducción de emisiones, tampoco de regulación de emisiones del transporte o planes de eliminación gradual del carbón”.

Con este juego de números podrá contrarrestar o contrapesar el aumento de sus emisiones actuales y a futuro.

Philip recalcó que tanto la inversión del gobierno como la del sector privado deben ponerse en marcha para acelerar el inevitable cambio de Australia hacia un futuro de bajas emisiones porque cada día de retraso le costará más al país.

"Sí, habrá costos. Y habrá algunos perdedores", dijo Philip al insistir en que “todos seremos perdedores si no actuamos".
Protesters hold placards during a climate change rally in Sydney, 10 January, 2020.
Protesters hold placards during a climate change rally in Sydney, 10 January, 2020. Source: AAP

El truco de los créditos de carbono

El informe de emisiones de la ONU de noviembre de 2019 señaló que el mundo está en camino de un aumento de 3,2 grados incluso si los países cumplen sus compromisos de París de 2030 .

"Para el 2050 Australia experimentará pérdidas económicas a la par de COVID cada año si no abordamos el cambio climático. Eso comprometería el futuro económico de todas las futuras generaciones de australianos".

Australia asegura que cumplirá con su objetivo de reducción de un 26 por ciento de las emisiones contaminantes, pero el gobierno del liberal Scott Morrison, quien dirige al país que más carbón exporta en el mundo y que si se cuenta sus ventas al exterior de combustibles fósiles se sitúa entre los mayores contaminantes del planeta, quiere utilizar los créditos de carbono procedentes de la era del Protocolo de Kioto, conocidos como los "carry over credits".

“En vez de hacer el 26 por ciento haremos la mitad de esto si es que podemos tomar el 'carry over credit' del Protocolo de Kioto”, dijo en diciembre de 2019 a SBS Spanish el científico de CSIRO, el español Pep Canadell, quien además es director ejecutivo del Global Carbon Project, un proyecto de investigación internacional para estudiar las interacciones entre el ciclo del carbono, el clima y las actividades humanas.

El Índice de Comportamiento ante el Cambio Climático,elaborado por Germanwatch, el NewClimate Institute y Red de Acción por el Clima, presentado en el marco de la COP25 indica que Australia es el sexto país del mundo con peor desempeño en emisiones de GEI, eficiencia y políticas de cambio climático.

Por otro lado, un estudio del instituto Climate Analytics indica que si Australia sigue aprobando proyectos mineros como el de Adani, la mayor mina de carbón del mundo en Queensland, será responsable para 2030 del 17 por ciento de las emisiones contaminantes.

Australia rezagada internacionalmente

La semana pasada, Japón, el quinto mayor emisor del mundo, se comprometió a lograr emisiones netas de carbono cero para 2050, siguiendo el compromiso de China de alcanzar la neutralidad de carbono para 2060.

El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, anunció el miércoles pasado que su país perseguirá el objetivo de cero neto para 2050.

El vecino Nueva Zelanda, gobernado por Jacinda Ardern, se ha comprometido a cero emisiones para el 2050, excluyendo el metano agrícola.

Así mismo el primer ministro británico Boris Johnson y su homólogo australiano, Scott Morrison, hablaron por teléfono en torno a la discusión de los líderes mundiales sobre la necesidad de tomar "medidas audaces" sobre el cambio climático a través de objetivos ambiciosos para llegar a cero neto.

Morrison enfatizó después que otros gobiernos no impondrán a Australia sus objetivos de cambio climático.

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Published 2 November 2020 10:22am
Updated 2 November 2020 3:04pm

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