Desde que en junio pasado se filtró información sobre una mayor disposición del gobierno australiano a recibir a más refugiados latinoamericanos, entre ellos venezolanos, como parte de su programa humanitario, se han abierto muchas interrogantes sobre el número, el país de la procedencia, las razones, las fechas, y otros detalles.
“Tengo entendido que vamos a tener gente de Latinoamérica a través del programa de refugiados. Todavía no sabemos a dónde van a venir, si a NSW u a otras partes de Australia”, dijo a SBS Spanish, el director ejecutivo del , Jorge Aroche.
El psicólogo clínico de origen uruguayo indicó que STARTTS se está preparando para la eventual llegada, aunque en algunas ocasiones ha habido cambio de planes y los refugiados que vienen a Australia son de un grupo distinto al que se les informó.
El Ministerio de Inmigración de Australia no ha confirmado cuál sería el porcentaje o número de visas que supuestamente otorgarían a refugiados provenientes de Latinoamérica el año que viene, para no crear expectativas. Pero se cree que la cifra es de varios centenares.
Una portavoz del Ministerio para la Inmigración, Ciudadanía, Servicios Migratorios y Asuntos Multiculturales dijo a SBS Spanish en junio pasado que "el gobierno continuará asegurándose que el Programa Humanitario Australiano pueda responder a las crisis humanitarias alrededor del mundo".
Esta intención cuenta con el apoyo de los laboristas, según dijo en exclusiva a SBS el legislador Chris Bowen, en una entrevista en el Showground de Fairfield.
“En las elecciones prometimos un incremento de la ayuda humanitaria, lo que nos daría la oportunidad de considerar casos de Venezuela y otros países sudamericanos. No ganamos las elecciones, pero ciertamente si el gobierno opta por incrementar la ayuda humanitaria y traer a personas de Venezuela, ciertamente lo apoyaremos”, señaló Bowen.
Latinoamérica: la situación se deteriora
Ároche, quien es una eminencia mundial en el tratamiento de torturados, también dijo a SBS que representantes se han reunido con las autoridades australianas de manera informal para abordar la situación en Centroamérica y en otros países latinoamericanos, especialmente en Brasil y Venezuela.
“Hay situaciones que preocupan mucho como es el caso de Brasil en donde hay un presidente que públicamente ha hablado de la tortura como algo positivo y que se tiene que celebrar el proceso de persecución y terror de Estado que hubo en Brasil”, expresó.
“También hemos visto cosas preocupantes en Colombia desde hace bastante tiempo y en Venezuela la situación se ha ido deteriorando y ha habido una gran cantidad de violaciones a los derechos humanos y posibles casos de tortura”, precisó Aroche, quien también preside el Consejo Internacional para la Rehabilitación de Sobrevivientes de Tortura.
Además de casos como los asesinatos de líderes sociales en Colombia y los atropellos que se han producido por la crisis socio-político y económica en Venezuela, que han sido documentados por Amnistía Internacional entre otros organismos, al director ejecutivo de STARTTS también le preocupa la violencia de las pandillas y el narcotráfico en la región de Centroamérica, que han producido desplazamientos masivos a Estados Unidos.
“En Centroamérica se da una gran cantidad de violaciones de los derechos humanos, tanto a nivel de Estado como de grupos armados, muchas veces asociados al tráfico de drogas o las pandillas, que ejercen el poder a través del terror”, explicó Aroche.
La violencia, especialmente la tortura, tiene un gran impacto en los sobrevivientes, algunos de los cuales ya han venido a Australia.
“Hemos empezado a tener algunos pacientes, obviamente no puedo hablar mucho de ello”, dijo el psicólogo clínico.
Latinoamérica, especialista histórico en torturas
STARTTS se creó hace 30 años impulsado por un grupo de profesionales latinoamericanos preocupados por el enfoque a los sobrevivientes de trauma y torturas, entre ellos personas que huyeron en los añps setenta y los ochenta de dictaduras como las de Argentina, Chile o Uruguay.
También a Australia llegaron refugiados de conflictos como en El Salvador o Guatemala, además de Colombia y Perú, en donde las guerrillas de estos países pusieron en vilo al Estado.
